España

Los delitos de odio o la dictadura de lo políticamente correcto
Los llamados delitos de odio hacen su entrada en nuestro ordenamiento penal de la mano del PP, faltaría más, siempre en su papel de tontos útiles del sistema, siendo ministro de injusticia un tal Ruiz Gallardón, fiscal de carrera, pero político de profesión. En la reforma del Código Penal de 2015, teniendo el PP mayoría […]

Parado, no te fíes del INEM
Un buen amigo mío, ya sesentón, tras haber trabajado muchos años en la función pública, pero siempre como contratado temporal, interino, personal eventual, etc., es decir, con el culo al aire, al final se vio en el paro, como consecuencia de la reducción del empleo público precario, que dicho sea de paso, es el único […]

Ciento sesenta mil manifestantes… a favor de que España mantenga a todos los extranjeros que quieran venir
Siento decirlo, pero la solidaridad bien entendida empieza por uno mismo. Yo solo doy aquello que me sobra; llámenme egoísta, pero es lo que hay. O, aunque no me sobre, no me importa compartir con la familia, los parientes, los amigos, y con cualquier español que tirite de frio en una esquina, o no tenga […]

España le debe a Manos Limpias…
Decía don Ricardo de la Cierva, que en paz descanse, que la mejor forma de guardar un secreto es publicarlo en un libro, dada la tradición alergia de la mayoría de los españoles a leer… Y no le faltaba razón. Así hice yo, convencido de la bondad de la acción, al publicar como Epílogo de la […]

El caso Blanquerna: Entre la política y la injusticia
Hace años, cuando era más joven, y posiblemente más tonto, o menos quemado por la vida, creía en la justicia humana. Ahora cada vez menos. Hoy por hoy sólo creo en la justicia divina, y con grandes dudas, pues viendo como va el mundo, presiento que Dios está de vacaciones una buena parte del año… […]

La excesiva dureza del Tribunal Supremo con los manifestantes en el sede de la Generalidad catalana en Madrid (y II)
En mi modesta opinión, el Tribunal Supremo se ha cubierto de lodo, una vez más. En lugar de adoptar una actitud de reproche penal, pero comprensiva con la escasa gravedad de los hechos, así como con la edad de los acusados (¿quién no ha hecho alguna barbaridad con veinte años?), el Supremo se inclina por castigarles […]