El jurado como problema
Estos días estamos asistiendo atónitos al enjuiciamiento del “caso Bretón”, el padre que supuestamente asesinó y quemó a sus dos hijos en Córdoba. Un crimen dantesco, de los que parece imposible que pueda cometer el ser humano…
Y asistimos también sorprendidos a la enorme presión mediática que hay sobre el caso, con todas las telebasuras hablando sin parar, y no digo informando, pues la mayoría de los comentaristas son personas incultas, carentes de unos mínimos conocimientos jurídicos como para poder aportar algo al asunto.
En España el que vale para hacer algo, lo hace, y el que no sirve siempre tiene dos salidas: la enseñanza y ser comentarista de televisión. Son centenares de miles los profesores incapaces de enseñar nada sólido, pues ellos mismos carecen de una previa preparación intelectual, pues se ha confundido la igualdad de oportunidades con la igualdad, y el tonto quiere ser igual que el listo, y el vago aspira a que se reconozca su ignorancia en forma similar al trabajador… Y así nos luce el pelo.
¿Alguien duda de que este caso estaría mejor juzgado por la Audiencia Provincial? Tres Magistrados profesionales, de mediana edad, acreditada experiencia y formación, se enfrentarían sin dudas, titubeos ni presiones ambientales, a desenmascarar los hechos, diferenciando el grano de la paja, y valorando jurídicamente las pruebas directas, indiciarías, presunciones, etc., llegando al fondo del caso y extrayendo las consecuencias y responsabilidades penales que procedan, en su caso.
Pero el sistema del que nos hemos dotado permite que personas carentes de cualquier preparación jurídica deban determinar la culpabilidad –o no- del acusado, bajo la presidencia de un Magistrado de la Audiencia Provincial, que les hará una serie de preguntas a las que tendrán que responder, y posteriormente redactará la Sentencia correspondiente, siendo el escribiendo del dictamen de estos iletrados jurados.
Jurados a los que se alojará en un hotel, a pensión completa, durante todo el tiempo que dure el juicio, y se pagará el salario equivalente al de un Magistrado de la Audiencia Provincial, y repito que son nueve personas, por lo que el gasto hay que multiplicarlo por nueve, más el coste de los desplazamientos de ida y vuelta desde su lugar de origen hasta la ciudad donde se celebra la vista. En resumen, un pastón…
Pero como en España nos sobra el dinero, que más da. Será por dinero…
Yo abogo por el jurado, pero única y exclusivamente para juzgar a los jueces y fiscales –para evitar el corporatismo- y a los políticos que malversan el dinero público.
Es decir, creo en la justicia del pueblo, pero únicamente para estos casos, y algún otro delito de reducida entidad y fácil comprensión, ya que igual que no pedimos peras al olmo, tampoco podemos exigir a unos jueces legos que desentrañen graves problemas jurídicos, que requieren una buena formación previa, y un gran poso de experiencia y madurez profesional.
La progresía insistió mucho, cuando se promulgó la Constitución, en poner en marcha el Jurado, como forma de participación del pueblo en la Administración de Justicia, pero 35 años después resulta evidente que es un auténtico fracaso, además de muy costoso. Tal vez limitando los delitos a enjuiciar, por ejemplo todos los que afecten a la ciudadanía, malversación de caudales públicos, cohechos, etc., y los cometidos por jueces y fiscales, para que no sean juzgados por sus compañeros, la Institución podría continuar existiendo. Todos los juristas decimos en voz baja, pues casi nadie tiene el valor de decirlo públicamente, que el Jurado, tal y como está diseñado hoy en día en España, es un absoluto fiasco.
Como contribuyente creo tengo derecho a conocer el coste de este Jurado: nueve personas alojadas en hoteles como mínimo de tres estrellas, a pensión completa, más el cobro de un salario equivalente al de magistrado de la audiencia provincial, pero multiplicado por nueve, en realidad por diez, pues el magistrado presidente también cobra, pero él ya está incluido en los presupuestos. En resumen es muy posible que el coste del juicio pueda oscilar entre sesenta y cien mil euros. ¿Realmente vale la pena? ¿En España nos sobra el dinero, o qué?