En España muchos españoles están pasando hambre
Como soy un animal de costumbres, todas las tardes salgo a tomar café y pasear un poco…, previa la siesta correspondiente, que es la gran aportación española a la ciencia de la vida. Obviamente no me voy a la otra punta de Zaragoza, sino que ando por los alrededores de mi casa, y en la calle posterior, en la manzana de al lado, están los contenedores de un centro comercial que nos abastece de comida, previo pago de su importe, por supuesto.
Pues bien, a esa hora se concentran allí decenas de personas, todas ellas con aspecto de españoles, algunas de etnia gitana, pero la mayoría no, correctamente vestidas, y muchas incluso con el carro de la compra…
Esperan a que los empleados del centro comercial saquen los restos de pescado, carnes, productos caducados o en mal estado, etc., para cogerlos y llevárselos a sus casas.
Debo decir, en honor a la verdad, que se comportan con mucha más educación que las clientas de pago, algunas de ellas enjoyadas y con aspecto de marquesas, que discuten con los dependientes, con otras clientas, se comportan con zafiedad y altanería –que deben de ser términos sinónimos-, etc.
Estos compatriotas nuestros, repito, se comportan con la máxima educación, se reparten como buenamente pueden el sustento diario, muchas veces magro, y se van pacíficamente a sus casas.
Y a mí se me encoge el corazón.
En alguna ocasión he intentado darle unos euros a alguna de esas personas, sobre todo ancianas, o señoras que van con hijos pequeños, y más de una vez han rechazado el dinero, diciéndome que “no piden limosna”.
Y así es.
En realidad “no piden limosna”, pues tienen derecho a que España les atienda debidamente, pues vivimos en un Estado Social y Democrático de Derecho, como proclama la Constitución del 78.
Su art. 39 establece que “Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia”, y el art. 41 indica que: “Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo…”.
Como vemos, todo ello es papel mojado, por lo menos para los españoles, pues la mayoría de las prestaciones sociales se las llevan los extranjeros, algunos llegados en la última patera, y que no han aportado absolutamente nada, ni a Hacienda ni a la Seguridad Social.
Y, lo que es peor, no piensan hacerlo…
Publicado en La Tribuna de España y La Tribuna de Cartagena (26/10/2018), Alerta Nacional, El Correo de Madrid y Alerta Digital (27/10/2018), Mediterráneo Digital (28/10/2018) y Heraldo Sanitario de Oregón (29/10/2018)
Desgraciadamente, es la pura verdad, y solo hay que darse una vuelta por nuestras calles para verlo.
Si los políticos se bajaran de los coches oficiales, con chófer y escoltas, y andarán por la calle, como todo el mundo, fuesen en metro o autobuses, hablaran con los taxistas, en su caso, etc., SE DARÍAN CUENTA DE CUAL ES LA REAL SITUACIÓN DE ESPAÑA Y DE LOS ESPAÑOLES.
Viven en una burbuja de cristal y privilegios, que les impide ver la realidad social.
La entrada masiva de pedigüeños profesionales, sobre todo rumanos, que forman parte de mafias internacionales, nos ha insensibilizado ante las personas necesitadas…
Es habitual ver cantidad de personas pidiendo en la puerta de las iglesias y catedrales, centros comerciales («nuevos» templos del consumo), etc., y la mayoría pasamos de largo.
¡Es más, si les diéramos a todos, al final tendríamos que acabar pidiendo nosotros!
No entiendo como las policías locales, que para algo están, además de para «freírnos» a multas de tráfico,, no controlan a esas bandas organizadas dedicadas al «negocio» de la caridad…
Es una verguenza que todos los recursos vayan al islan, a los que viene a vivir de la sopa boba, los que solo sdalvan el movil para cuando estan llegandom a la orilla llamar a salvamento para que lo0s recojan Y mientras los nuestros, los que verdaderamente son nuestros projimos los tenemos desatendidos, empezando por nuestras instituciones tanto eclesiales como laicas y esto es descorazonante
hace unos dias heraldo traia la noticia de un pobre empresario constructor que por hambre cogió unos pollos de un supermercado y fue juzgado, es cierto que el juez fue misericordiosos, pero es un sarcasmo que se ayude a unos ejhn detrimento de los nuestros
La mayoría de las organizaciones no gubernamentales son un fraude, y más del 70% del dinero que recaudan lo gastan en su propio mantenimiento, buenos sueldos para sus directivos, oficinas en las zonas más caras de las ciudades, etc.
Además no entiendo porque dicen que son «organizaciones no gubernamentales», cuándo están fuertemente subvencionadas, y casi mantenidas con el dinero público , a base de subvenciones del porcentaje de «fines de interés social» de la declaración de la renta, etc.