Marcelino Iglesias se llama andana en el Senado

Soy aragonés y vivo en Zaragoza, esa ciudad que da cobijo a más de la mitad de la población regional.  Y procedo del Alto Aragón, concretamente de La Ribagorza, ya que la mayoría de los zaragozanos somos de pueblo. No es de extrañar, pues a principios de 1900 Zaragoza escasamente contaba con cien mil habitantes, y ahora estamos cerca de los setecientos mil, a pesar de haber tenido uno de los Alcaldes más manirrotos de España –que ya es decir-, el inefable señor Belloch.

Pero de quien quiero hoy hablar es de don Marcelino Iglesias Ricou, el anterior Presidente del Gobierno de Aragón, nada menos que durante doce años. Y antes Presidente de la Diputación Provincial de Huesca y Alcalde de Bonansa, su pueblo natal. Vamos, un político profesional, de los que se suben al coche oficial y ya no se bajan. Lo que se decía de don Rodolfo Martín Villa, en tiempos de Franco.

Don Marcelino no tiene grandes estudios, pero eso a quien le importa, en estos tiempos de crisis. Se rodea uno de asesores, pagados por el contribuyente, y aquí paz y luego gloria. Marcelino llegó a tener catorce asesores en la DGA, que se dice pronto, pero es que su ignorancia debe de ser universal, y necesitaba mucha ayuda y consejo. Total, si no le costaban nada, ya que los pagábamos los aragoneses, y, de paso, se colocaba a compañeros de partido, amigos y parientes…

Marcelino nos ha regalado varias perlas en los últimos años, que retratan al personaje:

1. Una ley de lenguas para Aragón, dónde reconoce e impone el catalán en las zonas de la franja, justo lo que quiere la Generalitat en sus ansías expansionistas. Pero ya se sabe que don Marcelino lo habla en la intimidad, y es un buen amigo de los socialistos –no es un error- catalanes.
2. Ha “enchufado” a su señora, doña María Cuartero, como Jefa del Gabinete de Presidencia de la Diputación Provincial de Huesca, desde 1999, con un salario muy elevado y desde luego muy superior al que cobraba como secretaria-interventora del Ayuntamiento de Pont de Suert. Así sigue controlando su posible refugio de invierno. Amigos míos que son altos funcionarios de la Diputación me aseguran que no se mueve un papel en la casa sin que lo controle la señora Cuartero. Vamos que su cargo realmente tendría que ser de comisaría política, más que de jefa –o jefe- de gabinete.
3. Actualmente don Marcelino “disfruta” de un coche oficial de la DGA, con chófer, faltaría más, para sus desplazamientos, supongo que oficiales como Senador, partidistas como dirigente del PSOE y particulares, como ciudadano, y no digo contribuyente, pues éste es más de los que ordeñan la vaca, que de los que la nutrimos. Al parecer se trata de una cortesía de la señora Rudí, tan generosa con el dinero ajeno, y se justifica por razones de seguridad. Pues si tanto miedo tiene, que le pongan un escolta, como al ex juez Garzón, pero que viaje con su coche, y pagándose él la gasolina, como le sucede al señor Garzón.
4. Ha “colocado” a su hijo de Alcalde de Bonansa, tras una extraña dimisión del anterior Alcalde, sin duda para ir abriéndole camino en la política, para que pueda vivir del cuento, como su padre. Siguiendo el modelo de Pujol, su amigo catalán, que también ha ido enchufando a sus hijos. Y es que la casta política es hereditaria, al igual que en las repúblicas bananeras.
5. La audiencia provincial de Zaragoza acaba de condenar a su mano derecha, el ex vice consejero de obras públicas, Carlos Escó, entre otros, a cuatro años de prisión, por malversación de caudales públicos, pero su mentor don Marcelino sigue sin hacer mutis por el foro, y no se da por concernido.

La cantidad malversada asciende a casi nueve millones de euros, unos mil quinientos millones de las antiguas pesetas, que se dice pronto, y es sólo una de las varias causas en las que están acusados ese individuo, un ex concejal socialista del Ayuntamiento de Zaragoza, Ricardo García Becerril, y el que todos dicen era el testaferro y/o recaudador de la PSOE, Agapito Iglesias.

En fin, con amigos así, ¿quién quiere enemigos?

Publicado en Heraldo Sanitario de Oregón (18/02/2016) y Decisión Económica (22/02/2016)