Jueces sustitutos o esclavos judiciales
He sido Juez Sustituto y lo siento por los ex compañeros que siguen siéndolo, y a los que el Ministerio de Justicia pretende mandar al paro. Mi solidaridad con ellos, aunque pienso que es una medida necesaria para una buena Administración de Justicia.
En efecto, muchos jueces profesionales, de carrera –normalmente los menos buenos-, al igual que muchos profesores –generalmente los más malos-, como no les gusta su trabajo, o quieren vivir mejor, se dedican a tareas burocráticas, de representación, de gestión, etc., enchufándose como Letrados del Consejo General del Poder Judicial o del Tribunal Supremo, Asesores, directores generales de justicia en las comunidades autónomas, etc., mientras sus cargos judiciales son atendidos por simples Licenciados en Derecho, en ocasiones sin más bagaje que una gran incultura jurídica general –que les permite sustituir en cualquier jurisdicción-, y eso si, provistos de un buen enchufe.
Obviamente hay excepciones. Yo tampoco tengo grandes conocimientos, y no tengo lagunas de ignorancia, sino océanos, pero lo cierto es que sólo conseguí ser nombrado Juez Sustituto tras pleitear contra el CGPJ ante el Tribunal Supremo y ganar el recurso correspondiente. Evidentemente, carecía de padrinos en la carrera –y en cualquier sitio, a excepción de los de primera comunión- y además no estaba bien visto, dada mi natural tendencia a cantarle las cuarenta al lucero del alba, y a ir impugnando judicialmente todo lo que me parece ilegal o injusto (que no son términos similares, ni mucho menos).
Pues bien, en esta “fauna” judicial he conocido de todo. Desde la juez sustituta que ha estado ¡más de diez años! ocupando un juzgado –en este caso, más bien usurpando-, por el expeditivo procedimiento de que la plaza correspondiente no salía a concurso (al parecer su padre, probo magistrado, había encargado en su lecho de muerte a varios compañeros que a su hija no le faltase trabajo, y bien que lo cumplieron), hasta el profesional competente y preparado, que simplemente ha tenido mala suerte en la oposición correspondiente.
Pero lo que realmente me hace gracia es la actitud de la carrera judicial hacía esos no compañeros, a los que la mayoría ningunean, un día sí y otro también. Desde la juez titular que cuándo se coge una prolongada baja por depresión –yo soy depresivo, y me aguanto- te deja la mesa llena de asuntos sin resolver, encomendándote que los tramites lo antes posible, hasta el juez cara –que los hay, y muchos-, que señala 24 juicios de faltas y coge un permiso de un día, dejándote a ti el muerto, y sabiendo que vas a cobrar un solo día pero tendrás que dictar veinticuatro sentencias, además de estar toda la mañana aguantando a los denunciantes y a sus abogados, que no se que es peor. Por no hablar de la juez que te recrimina que hayas ordenado los libros del despacho –que parecía un campamento pirata, por su desorden-, pues quien eres tú para organizar “mi despacho”, o que te “exige” que hagas funciones de juez decano, pues el juzgado que ocupas es el Decanato, y por lo tanto tú debes solucionar cualquier problema que se presente, eso sí, sin cobrar nada a cambio.
Por no hablar de la total incompatibilidad con el ejercicio de otra profesión jurídica, que no sepas nunca cuándo vas a trabajar ni por cuanto tiempo, que pueden llamarte en cualquier momento, y cesarte de la misma forma, vamos que tienes que estar disponible las 24 horas de los 365 días del año, como las urgencias de la seguridad social…
En resumen, la carrera judicial tenía 1.200 jueces sustitutos o esclavos judiciales, de los que ahora van a prescindir. Y tendrán que resolver los expedientes, que para eso están preparados –se supone-, y por ello cobran. De paso dejarán de tener un chivo expiatorio a quien echarle “el muerto” de cualquier anomalía o metedura de pata judicial, pues errar es humano, y más cuándo se tramitan cientos de asuntos al año.
Sólo falta, para que mi gozo sea completo, que los jueces huidos de la jurisdicción retornen a la misma, y que se modifique la Ley Orgánica del Poder Judicial para que a aquellos que no se dedican a actividades jurisdiccionales, no les sea computado el tiempo que permanezcan en dicha situación como de servicios efectivos en la carrera, pues esta situación es similar al timo de la estampita: un auténtico engaño a la sociedad, y un fraude a los compañeros que se están dejando la vida trabajando por una sociedad más justa. Para ellos todo mi reconocimiento.
Es verdad que hay muchos enchufados, y bastantes inútiles entre el colectivo de jueces sustitutos, como sucede en general en cualquier grupo social, pero también es verdad que hay una minoría a los que Gallardón y el CGPJ están tratando, literalmente, a patadas…
Con todo respeto hacia los jueces sustitutos, que los hay y muy buenos, pero la mayoría dejan bastante que desear. El «oficio» de juzgar no se adquiere de la noche a la mañana, y hace falta mucha formación, preparación, experiencia, etc., que normalmente se adquiere en la carrera, la escuela judicial, el período de prácticas, etc.
Poner a un simple licenciado o graduado a impartir justicia me parece una auténtica aberración jurídica…
Cuando se creó el llamado tercer turno para ingresar en la carrera judicial, se dijo que iba a ser la «salida» natural para los jueces sustitutos, que tras varios años de experiencia profesional, y debidamente acreditada su valía, podrían acceder perfectamente por esa vía, y solucionar su interinidad y estar con el culo al aire, y perdón por la expresión.
Se incorporaron sucesivas oleadas de nuevos jueces, según la moda imperante en cada momento:
– Una primera etapa en la que Isidoro, es decir, Felipe González, abogado laboralista sevillano, metió a numerosos amigos y correligionarios suyos, la mayoría auténticas nulidades jurídicas…
– Otra moda fue la de los profesores universitarios, la mayoría teóricos del derecho, y con un desconocimiento total del mundo jurídico real.
– Luego hubo una época en la que parece ser que primaba el ser secretario judicial, y con unos cuántos años de experiencia y buenos informes, pasaban a ser jueces…
En resumen, entraron todos, menos los jueces sustitutos, que son precisamente para quienes se había diseñado esa «gatera».
La «solución» de Gallardón es muy simple: echarles a todos a la calle. Muerto el perro, se acabó la rabia. Es decir, Gallardón soluciona los problemas a cañonazos…
En una ocasión me presenté para juez por el tercer turno, tras una acreditada experiencia como juez y fiscal sustituto, y con informes muy favorables de mis superiores… En los pasillos del Tribunal Supremo había otras personas esperando a ser llamadas, y trabé relación con dos señoras, secretarias judiciales, destinadas en el Ministerio, para la modernización de la justicia, con nombramientos a dedo. Ambas me dijeron que era la hora de los secretarios, ya que la «última moda» parece ser que era promocionar a jueces a los secretarios. (No se si lo dijeron para desanimarme o que; tampoco se como les fue, pues nada más terminar mi entrevista me marché). Según ellas, los profesores universitarios habían resultado un desastre, en términos generales, y los abogados que accedían a la judicatura, después de muchos años de abogados, es porque no habían sabido levantar un buen despacho…
Yo ahora tengo un despacho, perdón, no tengo claro si un despacho o un «DESPECHO», pero de cualquier forma, vivo modesta pero dignamente, sin tener que aguantar a tantos imbéciles, engreídos y petulantes como he tenido que soportar en la famosa «administración de las (in)justicias».
He olvidado decir que no superé el concurso. Parece ser que en esa época efectivamente estaba de moda «colar» a secretarios judiciales en la carrera judicial por esta gatera. Posteriormente he visto profesionalmente a varios de ellos actuando como jueces, y la verdad es que me han parecido bastante mediocres, en términos generales.
Por supuesto, con todo respeto hacia las personas, pero creo que tengo derecho a decir claramente mi opinión, sin medias tintas, que no soy jesuitico ni opusdeista, y me gusta llamar al pan, pan, y al vino, vino.
Cuando voy al juzgado, por algún problema de la vida, reclamar una deuda, divorciarme, adoptar un niño, etc., quiero que sea un juez profesional quien de una solución jurídica a mi pretensión, no un «aficionado», con una simple licenciatura o grado en Derecho, y toneladas de ignorancia, tanto jurídica como de sentido común y experiencia profesional.
Llámenme antigua, pero creo que con la justicia, la sanidad y la enseñanza, no se puede ni debe jugar. Tienen que ejercer las funciones correspondientes personas totalmente PROFESIONALES, con dedicación EXCLUSIVA, y sometidas a un riguroso régimen de INCOMPATIBILIDADES.
Pues a mi una Juez sustituta me absolvió de todo lo imaginable y solo me cobró 300 euros. Un chollo
No dudo de que una Juez Sustituta le absolviera, pues pueden juzgar, bien en juicios de faltas, en los juzgados de instrucción, o por delitos en los juzgados de lo penal, pero si me extraña que «solo me obró 300 euros»…
Un juez no cobra a nadie por su trabajo, pues eso sería delictivo. Le paga el Estado, por cierto con bastante retraso.
Seguramente lo que usted ha querido decir es que acudió a una Abogada, que era una ex juez sustituta, y que la defendió brillantemente, y sólo le cobró 300 euros.
Me parece muy bien, y no me extraña, pues la mayoría de los ex jueces sustitutos, por no decir todos, son unos excelentes Abogados, ya que tienen mucha experiencia profesional. Y más sabe el diablo por viejo que por diablo.
No eres más tonta porque no te entrenas, tia loca!!!
No se a que comentarista anterior se refiere usted, pus hay varias, pero es evidente que los ex jueces sustitutos SON UNOS EXCELENTES ABOGADOS, pues conocen el mundo del Derecho por dentro y por fuera, es decir, aportan una experiencia práctica del mundo judicial de la que carecen los abogados «normales y corrientes».
Cuestión distinta es que una señora diga que acudió a una juez sustituta y que sólo le cobró 300 euros…, como si los sustitutos pudieran (pudiéramos) ejercen la Abogacía, lo que tenemos totalmente prohibido, por lo menos mientras sigamos siendo sustitutos…
Nadie deberia hacerse pasar por otro
Es un delito
Y se demostrará
No es logico escribir con el nombre de otra persona y las querellas están ahí,,,,
No seas tan borracha