Fiscales sustitutos o empleadas del hogar


 

 

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Estos días de verano, que el trabajo flojea, y encima no tengo ganas de hacer nada, posiblemente por el cansancio acumulado durante todo el año, recuerdo muchos episodios de mi vida como fiscal sustituto, o empleado del hogar.

Aunque más bien habría que hablar de empleadas del hogar, pues la mayoría de las fiscales titulares son mujeres, y una buena parte de ellas tienden a considerar a los sustitutos como una segunda empleada del hogar, a la que se puede y debe encomendar todas las tareas que la señora no quiere hacer, pues prefiere irse a tomar café –y quien no-, pintarse las uñas o ir a la peluquería, que las apariencias también cuentan.

Puede parecer que estoy exagerando, pero de eso nada. La figura del fiscal sustituto carece de un estatuto jurídico digno de tal nombre, pues sólo tiene deberes, pero no derechos, además de estar a la libre disposición del fiscal jefe correspondiente, una buena parte de ellos con vocación de señores feudales…

Recuerdo algunos episodios de mi vida profesional como fiscal, para que los propios lectores puedan opinar:

VACACIONES: Los fiscales de carrera siempre procuran cogerlas en julio, pues así tienen dos meses de descanso, en lugar de uno: julio y agosto, en el que la actividad está reducida al mínimo, por lo que realmente “trabajar” en agosto es estar de vacaciones, o por lo menos de semivacaciones.

¿Quiénes trabajan como unos auténticos burros de carga en julio? Pues los sustitutos, faltaría más.

Recuerdo años de trabajo en que estaba deseando cesar, pese a que mi futuro inmediato iban a ser las listas del paro, tal era el grado de estrés, exceso de trabajo, abatimiento y cansancio que me producía esa situación…, mientras veía a algunos compañeros super ocupados tomando café con el fiscal jefe, y aprovechar para criticar a tirios y a troyanos.

Hay carreras de prestigio en la fiscalía cimentadas a lo largo de años de tomar café todos los días con el jefe correspondiente, y darle la razón en todo, faltaría más. Como dice el refrán: quien a bien árbol se arrima, buena sombra le cobija.

UN SUSTITUTO LO MISMO SIRVE PARA UN ROTO QUE PARA UN DESCOSIDO.

En una ocasión el fiscal jefe respectivo me conminó a disfrutar las vacaciones conjuntamente con otras dos fiscales, que formábamos un equipo, en el que yo asumía el papel de burro de carga, por lo visto, y tuve que hacer vacaciones en varias veces, en las semanas que las señoras no querían para ellas, es decir de una forma realmente indigna, humillante y penosa, pues se me trataba, literalmente, a patadas, sin poder descansar realmente, ya que los periodos eran tan cortos que no me permitían desconectar del trabajo… Pero eso era lo que había: jodido, y encima agradecido.

Otro fiscal jefe quería que me desplazara a una tercera población (cuándo yo ya estaba trabajando en localidad distinta a dónde tenía mi residencia familiar), para sustituir a otro fiscal. Tuve que decirle que de eso nada, que mis ingresos no daban para mantener tres domicilios distintos, ya que en el segundo pagaba el alquiler de un apartamento, la hipoteca del primero, y en el tercero tenía que alojarme en un modesto hotel (para asegurar el prestigio de la carrera), cuya sola habitación y desayuno suponía ya más que el salario que recibía.

No me negué abiertamente al desplazamiento, pues soy consciente de que la fiscalía es como la guardia civil, pero le pedí la orden por escrito, y no se atrevió a dármela, pues sabía que rápidamente me quejaría al fiscal superior correspondiente, a la fiscalía general y al sumsum corda…

Y tomó buena nota, para intentar fastidiarme profesionalmente todo lo que pudiera en el futuro, como así ha sido.

Hay personas que son absolutamente predecibles: si pueden obrar mal, sin responsabilidad, ni dar la cara, están prestos a hacerlo. La envidia a quienes tienen más talento, capacidad de trabajo y empatía personal, les corroe… Son como garrapatas, siempre buscando una presa a la que poder asirse, para así sentirse alguien importante, con una misión en la vida: fastidiar a los demás.

NAVIDAD Y SEMANA SANTA: He hecho muchos juicios en Penales y en Instrucción a compañeros, pero fundamentalmente a compañeras, que se tomaban unos días de asueto para poder atender a sus hijos (como si los demás no tuviéramos también hijos), y que te pedían “por favor” que les hicieras los juicios correspondientes, que te suponían perder la tarde del día anterior preparándolas, y toda la mañana del día de su celebración… Pero eso sí, luego te veían por la calle y no se dignaban saludarte.

ESTATUTO DE LOS FISCALES SUSTITUTOS: Se ha publicado recientemente que el Ministerio de Justicia tiene previsto aprobar un estatuto de los fiscales sustitutos, con una clara definición de sus derechos y deberes… Bienvenido sea. Cualquier cosa mejor que la indefinión actual, ya que el marco normativo del Real Decreto existente, sucesivamente remendado, que parece una red de pescador, no sirve para nada. Está todo en el aire, creo que intencionamente, para que el fiscal sustituto no tenga dónde agarrarse, caso de que haya problemas, en el buen entendido supuesto de que la única forma de no tenerlos es hacer todo lo que te digan, sin hacer preguntar, y obedeciendo con total automatismo.

ADENDA: Ayer, 25 de julio, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto, destinado según la nota informativa de La Moncloa, a “erradicar” la figura del fiscal sustituto, reduciendo su número a una cantidad insignificante. Parece ser que con ello se reducirán unos seis millones de euros del gasto público. El chocolate del loro. Lo siento por los fiscales titulares; se van a quedar sin la segunda empleada del hogar…

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