El CGPJ o la nada
Dos de los grandes aciertos del señor Gallardón han sido, en mi opinión, triturar el Consejo General del Poder Judicial, y acabar con la justicia interina. Ya ha cuasi eliminado a los jueces sustitutos y magistrados suplentes; ahora solo falta acabar con los fiscales y secretarios judiciales sustitutos. La Administración de Justicia es algo muy serio como para dejarlo en manos de aficionados…
Respecto al CGPJ, llamado en una ocasión en el BOE el consejo general del joder judicial –y no andaba descaminado el autor de la errata-, poco se puede decir que no se haya dicho ya. No sirve más que para dar acomodo a veinte “comisarios políticos” de los partidos mayoritarios en el supuesto órgano de gobierno de la justicia española. Y a decenas de Letrados, normalmente jueces huidos de destinos judiciales, pues hay personas que aunque tienen vocación de jueces, presuntamente, luego prefieren estar diez años tramitando papeles meramente administrativos en el Consejo, sin ejercer su profesión. Pero con la ventaja de vivir en Madrid, si es que a vivir en Madrid se le puede considerar un privilegio.
Pues bien, a lo que íbamos. El Consejo no sirve para nada, y a las pruebas me remito. Por caridad cristiana no voy a citar el Juzgado en concreto, pero si decir que tras la presentación de una querella en un Juzgado de una pequeña localidad, la juez correspondiente cogió el expediente, lo metió en su despacho y no hizo nada… Fueron pasando los meses, de marzo a octubre de 2013, nada menos, más o menos como un embarazo, y la querella seguía sin admitirse ni rechazarse. La gravedad de los hechos me obligó a informar de la inactividad judicial al Consejo (información previa 662/13), y éste es el dictamen del Poder Judicial:
“La situación del Juzgado, a fecha de la visita de inspección…, era la que se consignó en el acta, donde se indicaba que: La situación global del Juzgado, atendiendo a todas las variables que en el mismo concurren, se ha de calificar como deficiente, provocado, en gran medida, por la movilidad funcionarial, escaso rendimiento y la deficiente formación de varios de sus componentes.
La plantilla está integrada en su mayoría por funcionarios interinos. Su cualificación y experiencia, aunque variable entre sus distintos componentes, en general se puede calificar de deficiente. Existe importante movilidad, lo que unido a la escasa formación y rendimiento de algunos de sus componentes, hace que la situación de esta área deba ser calificada como insatisfactoria. Actualmente, la plantilla resulta insuficiente para absorber la carga de trabajo, y se ha efectuado propuesta para su subsanación en el acta del partido…
Consecuentemente, podría afirmarse que la conducta analizada no es merecedora a priori, de reproche disciplinario, en sí misma considerada”.
Y se quedan tan panchos. Para el CGPJ la Juez no tiene la culpa del mal funcionamiento del Juzgado, de que los funcionarios rindan poco o de que los interinos carezcan de preparación. Tampoco ordena deducir testimonio de lo actuado y remitirlo al Ministerio de Justicia, para la posible sanción de la Secretaria, que es la jefa directa del personal, y quien tendría que preocuparse de que trabajasen debidamente. Ni, por supuesto, da traslado de las actuaciones a la Comunidad Autónoma correspondiente, proponiendo la sanción y/o el cese de los interinos incompetentes o vagos…, o funcionarios de carrera, que aquí siempre echamos la culpa de todo a los que no tienen estabilidad en el empleo.
Simplemente archivan la información previa y me dicen que puedo impugnarlo, en el supuesto de que acredite interés legítimo, ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo…, para lo cual tendremos que pagar previamente 1.200 euros, en concepto de “gallardonazo”, digo de tasa judicial.
Como ustedes comprenderán, y a estas alturas de la película, mis clientes y yo pasamos de impugnar nada, visto como funciona la administración de justicia en España, no vaya a ser que encima nos acaben imponiendo las costas del pleito correspondiente…
Yo también me he quejado en ocasiones al CGPJ, y nunca han hecho caso alguno. Más que un órgano para inspeccionar y controlar el mal funcionamiento de la Administración de Justicia, parece diseñado únicamente para proteger a los malos jueces, y sancionar a aquellos que se atrevan a meterse con los poderosos… Es triste lo que digo, pero así es como yo lo veo.
Siempre he pensado que el CGPJ no servía para nada y que sólo hacía política, y artículos como este confirman mi tesis. No debo de estar equivocada, y bien que lo siento.
La principal, por no decir única, labor del CGPJ ha sido hacer política. Casi siempre ha estado poblado por jueces izquierdistas, que se han entretenido poniendo palos en las ruedas de la política promovida por el PP.
Y cuando ha mandado el PSOE, han sido dóciles monaguillos del partido gobernante, de su partido, facilitándoles la tarea, y permitiéndoles politizar todavía más la justicia.
En resumen, es un organismo totalmente inútil, que si desapareciera, no se perdería nada. Además se conseguiría que cerca de un centenar de jueces y fiscales, entre vocales y letrados, se dedicasen a ejercer su profesión, la administración de justicia, en lugar de dedicarse al politiqueo, como sucede ahora mismo…
Hoy se reparten los consejeros del poder judicial, previamente pactados, entre el PP y el PSOE. Seguramente le caerá alguna migaja, es decir vocalía, a CIU o al PNV, para seguir la costumbre… Este CGPJ nace más deslegitimiado, si cabe, que los anteriores, pues estará totalmente politizado, como todos, pero se verá más, debido a la modificación de la ley, para rediseñarlo al gusto de los señores Gallardón y Rajoy…
En mi modesta opinión, sería preferible que no existiera el CGPJ y los jueces fuesen totalmente independientes y no tuvieran a nadie por encima de ellos, excepto el Ministerio de Justicia, y únicamente a efectos retributivos y disciplinarios.
Pero claro, se trata de crear un organismo intermedio entre el juez y el Ministerio, que mediatice su labor, le controle, ascienda o aparque, en fin, que aplique la conocida política del palo o la zanahoria, para condicionar políticamente las decisiones importantes.
¿O todavía queda algún iluso que crea que la Infanta Cristina se va a sentar en el banquillo…?
Don Ramiro, «la memoria es muy frágil». Y lo digo desde el aprecio… pero, la tuya personalmente, nunca pensé que lo fuera…
Una cosa son los resentimientos o sentirse uno damnificado del sistema, otra cosa es «tirar piedras contra el que fue nuestro propio tejado». ¿Acaso los asuntos que llevaste fueron de aficionados? ¿ En tan mal concepto profesional conceptúas tu pasado? Una cosa es hacer un ejercicio selectivo para olvidar… Otra el inicio de este artículo que, ni entiendo ni comparto. Y lo suscribe una persona a quien no le han llegado a casar ni 5 resoluciones (y, ninguna en su integridad). Eso, no lo consigue un aficionado desde luego. Espero que tú tampoco te consideres tal … porque si en tantos años sólo fuiste aficionado… Saludos cordiales.
Estimada compañera, gracias por tu comentario. Los expertos en periodismo recomiendan empezar la frase con algún texto que llame la atención, para intentar que quien ojea el medio, continúe leyéndote. Eso es lo que intente yo, es posible que sin acierto…
Soy consciente de que una buena parte de la denominada JUSTICIA INTERINA es tan PROFESIONAL como quienes han superado una oposición, muchas veces por enchufe, recomendaciones, suerte o simple memoria, memoria que no supone por sí misma una posterior capacidad para la resolución de problemas complejos. Pero lo que es evidente, y es lo que yo quería remarcar, es posible que sin acierto, repito, es que la ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA no puede estar en manos de personas de paso, de sustitutos, de interinos, de nombramientos por tres días (yo los he tenido), o de jueces a los que se nombra un solo día…, para que hagan 24 juicios de faltas -yo lo he hecho-, pagándose sólo por un día de trabajo, cuando al juez titular le hubiera supuesto toda una semana de dedicación.
Ese tipo de justicia, que es a la que se refiere el artículo, hablando del personal mayoritariamente interino de un determinado juzgado, a la corta y a la larga produce los efectos que describe el CGPJ: bajo rendimiento, desorganización interna, desinterés, retrasos, etc.
De cualquier forma, y como colofón, las personas competentes siempre pueden salir adelante ejerciendo la abogacía… Al fin y al cabo, nada nos deben. Hemos trabajado, sin plaza fija, y cobrado las retribuciones correspondientes. Punto. Es lo mismo que sucede con los contratados temporales de las empresas privadas. Lo que pasa es que en las administraciones públicas estamos cansados de ver como la gente entra por la gatera, y se acaba quedando: enseñanza, sanidad, etc. Pero hecho choca claramente y contradice los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad.
Cordiales saludos y mis mejores deseos.
1. Coincido con el señor Grau Morancho en que la JUSTICIA INTERINA debe ser erradicada. No es de recibo q
1. Coincido con el articulista en que la JUSTICIA INTERINA debe ser erradicada. No es de recibo que un asunto pase por las manos de dos o tres jueces, y quien dice jueces dice fiscales, secretarios o funcionarios… Se pierde un tiempo precioso, los expedientes duran años, hay que enterarse previamente del asunto, etc. La JUSTICIA INTERINA es un mal endémico del sistema judicial español, pero a Dios gracias Gallardón quiere terminar con ella. Espero que lo consiga y no le suceda como al Ministro que cuando entraba en el ministerio un amigo del portero le preguntó que quien era, y él contestó: un interino.
2. Dicho lo anterior, es evidente que hay gente muy competente -y también muy inútil- en el colectivo de jueces, fiscales, secretarios y funcionarios interinos o sustitutos. Pero ello no justifica en modo alguno, que pretendan entrar en la administración judicial de forma privilegiada. Si tan listos son, que hagan oposiciones, como todo el mundo. La experiencia adquirida estoy seguro de que les será muy útil para poder aprobar, en su caso.
A/. Los partidos políticos han nombrado a 8 miembros del CGPJ.
B/. La semana que viene los políticos nombrarán a 12 jueces miembros del CGPJ.
¿A quién representarán los vocales del CGPJ? Obviamente a quienes les han nombrado, los partidos políticos con los que «comulgan».
Si este es un órgano de gobierno de la justicia, que venga Dios y lo vea…
Es sorprendente, y hasta contradictorio, que no se haya nombrado a ningún fiscal como vocal del consejo, y tampoco a algún representante de los procuradores, dentro de esa concepción gremialista, totalmente medieval, del CGPJ. En el caso de los procuradores realmente es lógico, pues es una profesión a erradicar -prácticamente están ya suprimidos en casi todo el mundo-, ya que su función es la de meros «recaderos» de los tribunales, y respecto a los fiscales es evidente que el gobierno les ha tomado la medida: son unos simples funcionarios, algunos con muchas infulas y puñetas, pero funcionarios al fin y al cabo. Y obedecen a la voz de ar, por lo que no hay necesidad de contar con ellos para nada. Son la voz de su amo. Y punto.
Con el nombramiento de los 12 vocales del CGPJ a propuesta del Parlamento, acaba de consumarse la total politización del Consejo. Solo entran personas afines a los principales partidos políticos, por decirlo claramente, afiliados sin carnet, pero que obedecerían al mandamás de turno en cuanto suene el pito…
¿Cómo se van a atrever los jueces a instruir, sentar en el banquillo o condenar a cargos políticos, cuando su máximo órgano de gobierno está controlado por esos mismos políticos?
Evidentemente, a partir de ahora, solo se nos juzgará a los de siempre, el pueblo llano, los de abajo.
Y ahora solo falta que la instrucción de los procesos penales se atribuya a la fiscalía, como quiere Gallardón, para cuadrar el circulo: tendremos justicia, pero solo para el pueblo. Los políticos serán inmunes e impunes.