Ley 1/2004, de Violencia de Género: Un atentado contra la Constitución, el Derecho y la Razón
Se ha celebrado recientemente el vigésimo aniversario de la ley citado, con más pena que gloria, pues podrá ser Ley (el papel lo aguanta todo), pero no Derecho.
Y es claramente inconstitucional, pues consagra la desigualdad ante la ley de hombres y mujeres, creándose dos categorías sociales:
Las mujeres, que son seres de luz, nunca mienten, y siempre dicen la verdad, y
Los hombres, que son malvados, violadores, y malas personas. Muy malas.
Esta reducción al absurdo preconiza la guerra de sexos a la que llevamos 20 años asistiendo, tapándose los ojos y la boca la mayoría de los juristas, y aplicando una ley, y otras posteriores, que han venido a ampliar aún más la injusticia…
Se promulgó el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, y no me extraña, pues cientos de miles, seguramente millones, de hombres españoles han sido victimizados por esta ley, con el funesto acompañamiento de malos abogados, que no les han asistido, sino simplemente acompañado al juzgado, a recibir la condena correspondiente, a cambio de la reducción de un tercio de la condena.
¡Y convencidos, el lego jurídico y el condenado, de que era lo mejor!
Han quedado marcados de por vida, y en posteriores acciones, tanto penales como civiles, régimen de custodia, visitas, etc., siempre ha pesado sobre ellos, como una losa de mármol, ese antecedente delictivo.
Por supuesto que condeno a los auténticos maltratadores, y es posible que lo sean un diez por ciento de los condenados, pero estoy cansado de ver juicios donde se condena sin pruebas, solo con la palabra de la supuesta víctima, esos seres de luz, que irradian felicidad. ¡Y no mienten nunca!
Los millones de sobreseimientos, y una buena parte de las –escasas- sentencias absolutorias, son en realidad denuncias falsas, que nadie tiene interés en perseguir, empezando por la fiscalía…
¡Claro, no es lo “políticamente correcto”, pues se parte de la premisa, falsa, de que las mujeres nunca mienten.
Los principios constitucionales de la igualdad ante la ley, la presunción de inocencia, etc., se han quedado en agua de borrajas, por obra y gracia de la presión feminista.
Y Zapatero consiguió su fin de dividir a la sociedad, entre buenas, las mujeres, y malos, los hombres.
Luego emprendió otra campaña guerra civilista, para seguir enfrentando a la sociedad, y la realidad es que lo ha conseguido.
Lo que nuestros padres intentaron evitar, que España volviera a dividirse en dos, los enfrentamientos y el clima de violencia propio de los años treinta del siglo pasado, y que desembocó en lo que todos sabemos, tanto Zapatero, como su discípulo más aventajada, un tal Pedro Sánchez, lo han logrado de nuevo.
¡Y las sociedades que ignoran su historia, están condenadas a repetirla!
Dios quiera que no sea así.
Publicado en Periodista Digital, El Español Digital y El Criterio (14/02/2025)
¡Que pocos juristas se atreven a decir que aquí empezó todo, la destrucción del Estado de Derecho, de la presunción de inocencia, de la criminalización de los hombres, etc!.
Y se la debemos a Zaragoza, y creo recordar que a cuatro diputados del PP, que también votaron a favor…, si la memoria no me falla.
SE ACABÓ LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA PARA LOS VARONES.
El Agente Judicial, ahora Auxilio Judicial, o como se llamen, debería decir en puridad:
«!Que entre el condenado»¡