Comisiones parlamentarias de… ¿investigación? Teatro, puro teatro
Pleitos tengan y los ganen, dice la maldición. Pues bien, extrapolándola a estas alturas de la partitocracia bien podemos decir: comisiones de investigación parlamentarias tengamos y… sirvan para algo aunque sea para poco y no para nada como es habitual.
Todo es teatro, puro teatro y, además, zafio y barriobajero. No sabemos ya cuántas comisiones de dicho tipo llevamos vistas en los casi cuarenta años de «democracia» y ninguna, pero ninguna, ha valido nunca para nada.
Las citadas comisiones son parte fundamental del «pan y circo» de los romanos. Son el espectáculo para anestesiar a las masas, ya de por sí comatosas. Son la burla más refinada, sutil, cruel y maliciosa de los políticos, todos, que conste, para reírse de un pueblo idiotizado que traga mientras ellos le dan por el tralará.
Llevamos semanas con la formación de la comisión del penúltimo escandalazo; porque ya en España no hay escándalos, sino escandalazos. La comisión que supuestamente debe investigar en el Parlamento y por sus diputados el caso Ábalos-Koldo y demás mindundis de mal vivir, mangantes profesionales, redivivos milicianos del mono y la pistola al cinto, de la checa y las cajas de seguridad reventadas, del puño en alto y los tribunales populares, de la cochambre y la quema de iglesias, tal comisión no acaba de cuajar.
Y hétenos aquí que andan PSOE y PP, PP y PSOE, y algún otro, a la gresca para ver a quien llaman a declarar ante ella; o mejor decir a quien no llaman, porque ahí está el quid de la cuestión, lo mismo que ocurre con la comisión del escandalazo de la mujer del dictador.
Pues bien, para sorpresa sólo de los tontos, que en España son mayoría absoluta, se ha vetado la comparecencia del principal denunciante, el pionero, quien vio la cosa antes que nadie, incluso de quienes tenían la obligación de haberlo hecho como eran la fiscalía, la Guardia Civil y la Policía. Sí, nos referimos a nuestro querido y admirado compañero de fatigas en esta benemérita web, don Ramiro Grau Morancho.
Y es que no sólo la cosa tiene mandanga, sino que es la prueba del algodón de para qué quieren unos y otros, por mucho que el PP finja, la citada comisión: para nada.
Sin el testigo fundamental, sin el visionario del asunto, sin el héroe que tuvo además los cataplines de no quedarse en su casa sentado en el sillón rajando en arameo, sino que empleó su tiempo y dinero en investigar hasta donde pudo, y todavía mejor en denunciar aún a sabiendas de lo que eso iba a significar como así fue, es decir, su inmediata persecución y vapuleo por los poderes fácticos partitocráticos, al tiempo que ninguneado por los demás, medios incluidos que están, todos, en el ajo, fue adelante con un par, pues a esa persona, a ese gran español no lo quieren en la comisión..
¿Qué podemos esperar de ella, como antes de tantas y mañana de otras, comisiones de investigación parlamentaria? Nada de nada. Y nada de nada porque el PP, en vez de cacarear contra el PSOE lo que tendría que hacer, si de verdad quisiera una comisión de investigación parlamentaria, es retirarse de ella si no se llama a todos los implicados empezando por el testigo fundamental, o sea por Ramiro Grau, y, mejor aún, en vez de tal paripé parlamentario presentar una tras otra moción de censura contra el Gobierno amparador de los Ábalos, Koldos, tito Berni y Begoña Gómez, y más aún retirarse del Parlamento denunciando la dictadura sociata que, controlando todas las instituciones, nos impone su tiranía y nos lleva a la miseria y a la perdición.
Pero el PP no hará nada de eso porque está conforme con todo y sólo busca afianzar su hueco en este sistema partitorático del que es, no lo duden, la piedra angular.
PEDRO DE ALVARADO
Publicado en El Español Digital (18/04/2024)
Hay dos Comisiones de Investigación, una en el Congreso, con mayoría socialista, y otra en el Senado, con mayoría del PP…
La primera pretende echar mierda sobre el PP, con el argumento de que «todos somos igual de corruptos».
Respecto a la Comisión del Senado, confio y espero que sirva para dar luz a la trata de corrupción del PSOE, en varios ministerios, y los gobiernos autonómicos de Baleares y Canarias.
¡Dios quiera que lo consigan!
Yo creo que hay que diferenciar dos niveles de responsabilidad distintos:
LA PENAL, que puede y debe exigirse ante los Juzgados y Tribunales, y
LA POLÍTICA, que debe ser exigida por el Congreso y el Senado, como legítimos representantes de la soberanía del pueblo español.
Y en esas estamos…
CUESTIÓN DISTINTA es que los INVESTIGADOS CRIMINALMENTE no quieren decir ni pio en las Comisiones de Investigación del Congreso y/o del Senado, ante el temor de que sus declaraciones puedan perjudicarles.
Y están en su DERECHO.