El ejemplo argentino. Expulsarán a los delincuentes extranjeros
Hace años, décadas ya, estuve en la gran República Argentina, en la Universidad Nacional de Rosario, como Profesor invitado, y fui tratado como si fuera un Virrey español… ¡Gracias, amigos argentinos!
Los argentinos aman a España, viajan a España, estudian en nuestra Patria, y últimamente vienen a trabajar y vivir aquí, huyendo del socialismo, populista y demagógico, que allí impera.
¡Salen de Guatemala para venir a Guatepeor!
Aquí ya no estamos gobernados por los “socialistos”, sino por los comunistas
Véase a Pedro Sánchez subiendo el sueldo a los trabajadores, sin contar nada para nada con los que lo van a pagar, los empresarios.
O a los okupas, a los que es imposible echar de las casas ocupadas.
Pero Argentina tiene esperanza, algo de lo que los españoles que peinamos canas, y tenemos ya alguna experiencia de la vida, carecemos.
Mientras nuestra Patria va de mal en peor, y a gran velocidad, la Argentina actual está mejorando, y con mucha rapidez.
Don Javier Milei tiene las ideas claras, y defiende la libertad, algo que en la España actual, es impensable.
La práctica totalidad de los medios de comunicación social, debidamente comprados, propugnan por un mayor intervencionismo político, en todos los ámbitos de la sociedad, y ya sabemos que donde hay intervención, autorización previa, etc., se devengan grandes comisiones…
Solo hay que ver como entran en los gobiernos (nacional, autonómicos, provinciales, y hasta locales), pobres, y salen ricos.
Y luego se nacionalizan en la República Dominicana, casos de Felipe González, José Bono, y tantos y tantos otros.
(Por cierto, ese Falcon que pagamos todos, en el que viaja Pedro Sánchez, ha realizado ya, que sepamos, treinta y dos viajes a la república dominicana, él sabrá porqué, y para qué).
Milei ha sido la estrella del Foro de Davos, y los inversores se disputaban su compañía, mientras que “nuestro” Pedro Sánchez, al que ya le han tomado la medida, solo conseguía reunirse con los grandes empresarios españoles, y quiero pensar que a regañadientes, porque no les quedaba otra.
Porque, hablemos claramente, ¿si usted tuviera un capital para invertir, lo haría en España…?
Lo dudo mucho, la verdad.
Una nación donde está desapareciendo el Estado de Derecho, no hay seguridad jurídica alguna, pues todo queda al arbitrio del político de turno, y lo que es peor, de los partidos separatistas y terroristas, no es un destino adecuado para inversión alguna.
Ni siquiera para poner un puesto de venta de pipas, y no digo de prensa de papel, pues esos ya no venden nada de nada.
En el pecado llevan la penitencia.
Se han vendido al poder político, y ahora nadie los compra, pues no tienen credibilidad alguna.
Leo en PaNam Post, diario digital con sede en Miami, USA, pero con una gran audiencia en las naciones hispanoamericanas, y con el que tengo el honor de colaborar desde hace años, que Argentina va a empezar a deportar a los delincuentes extranjeros, pues entienden que eso no es xenofobia, sino sentido común.
¿Cuándo haremos lo mismo en España…?
Tengo envidia, sana envidia, por el futuro de la gran nación argentina, a la que deseo todo lo mejor.
Ojalá Dios y la Virgen del Pilar nos ayuden a los españoles a volver a nuestro camino en la Historia, como la gran nación que hemos sido desde hace más de cinco siglos.
Publicado en El Criterio (18/01/2024), Periodista Digital y El Español Digital (19/01/2024), PanAm Post (20/01/2024) y Heraldo de Oregón (22/01/2024)
acabo de llegar a su Blog tras ver su aparición en «Espejo público» solo para felicitarle. Es usted ese mañico que yo esperaba, como admirador de ese valiente pueblo defensor de nuestra patria a ultranza, un dinasta de Agustina quizás.. Mi admiración y larga vida para usted.
Gracias, don Fernando, muchas gracias.
Sus palabras me animan a seguir defendiendo el Estado de Derecho, y luchando contra la corrupción…, mientras Dios quiera.
También le he visto en E público. Me parece estupendo su trabajo. Ojalá se llegue hasta el final
Un saludo Carmen
Gracias, doña Carmen, muchas gracias.
La Justicia es lenta, como una apisonadora, pero una vez que se pone en marcha, no hay quien la pare…
Con la ayuda de Dios, por supuesto.