Una España de charanga y pandereta, que parece una jaula de grillos
He pasado una semana en mi pueblo natal, Laguarres, alejado del mundanal ruido, sin móvil ni ordenador, dedicado a pensar…
Ni siquiera he acudido al vicio solitario de leer.
A veces es necesario desconectar del todo, para ver que el mundo sigue girando, camino de ninguna parte, y que los políticos que tenemos la desgracia de padecer, siguen haciendo de su capa un sayo…
El domingo pasado asistí a Misa en la vecina villa de Lascuarre, y fue un placer oír la homilía de un sacerdote “como Dios manda”, con toda claridad y elocuencia, diciendo las verdades del barquero.
Visité el cementerio de Laguarres, sito al lado de la ermita de la Virgen del Llano, y recé por mis padres y abuelos, así como por todos los vecinos que ya no están físicamente con nosotros, pero cuyo recuerdo permanece en nuestro corazón.
Allí tengo varios nichos en propiedad, y, la verdad, no tengo prisa por ocupar alguno.
Es importante darnos cuenta de que todo pasa, y todo tiene un principio y un final.
Al regresar a la vorágine de Zaragoza, muy amortiguada por la huida del calor insoportable de cientos de miles de vecinos –hoy estamos a 42 grados y subiendo…-, empiezo a situar la realidad en su contexto, y veo como se manipula a los españoles.
Se pide el cese, o dimisión, de una autoridad del fútbol por darle un beso a una futbolista femenina, y se exige su cabeza, pero nadie pide la cabeza del presidente del gobierno y de la ministra de igualdad por la “ley” que ha permitido la puesta en libertad de más de cien violadores, y beneficiado a más de mil delincuentes sexuales, por ahora.
¿Nos hemos vuelto idiotas de repente, o es que lo somos por naturaleza, de nacimiento…?
Que distinta es la vida rural, sencilla, llena de envidias e individualismo, pero también de hermandad humana, de la progrez de las ciudades, donde el hombre masa, el hombre amorfo, es manejado a gusto de quien manda.
Como se montan debates absurdos, anecdóticos, para distraer al personal, y así no se habla de las alianzas contra natura del PSOE con todos los enemigos de España, etarras y separatistas catalanes y vascos, etc.
Sobre todo la vuelta al mundo rural, del que nunca debí salir, te hace ver la diferencia entre la verdad y la mentira, con la escasa transcendencia de nuestras vidas, aunque muchas veces queremos ser dioses, sin darnos cuenta de que somos polvo, y al polvo volveremos.
Sic transit gloria mundi, vanidad de vanidades, que todo es vanidad…
Publicado en Periodista Digital, El Español Digital y El Criterio (23/08/2023)