Reflexiones sobre los atentados de Cataluña


Encabezar un artículo con la palabra reflexiones no es muy recomendable, sobre todo en un país con un porcentaje tan elevado de analfabetos funcionales, pero eso sí, que están en todas las redes sociales, y se creen muy listos pues saben buscan información por wasap.

Pero que son incapaces, en muchos casos, de entender lo que leen, y mucho menos de sintetizar, relacionar conceptos e ideas, distinguir lo anecdótico de la categoría, etc.

De cualquier forma como mis lectores –en el supuesto de que existan- son personas más formadas, me vienen a la cabeza varias ideas sobre los recientes atentados, que quiero hacer públicas, y que, por supuesto, están sometidas a debate:

1. La actuación del gobierno de la Generalidad catalana ha sido… manifiestamente mejorable. Parece evidente que los mozos de escuadra no progresan adecuadamente, y que España no puede ni debe dejar en sus manos la seguridad nacional, en la lucha contra el terrorismo. Nuestra primera empresa nacional es el turismo, y dos o tres atentados seguidos podrían llevarnos a una situación similar a la de Egipto o Túnez: la ruina caracolera.

2. La “actuación” de los políticos catalanes produce vergüenza ajena. Unos imbéciles, -y no es una calificación, sino una descripción-, que se empeñan en hablar al mundo en catalán, convencidos de ser el ombligo del género humano, con un idioma que solo es oficial en el Principado de Andorra, con 30.000 habitantes… Pero eso sí, que rápidamente diferencian entre los muertos “de casa”, y los foráneos, del extranjero, entre los cuales parece ser que incluyen a los españoles…

3. La tendencia a liquidar a todo el mundo de los mozos empieza a preocupar. Miedo me da acercarme a Cataluña, que cada vez se parece más al salvaje Oeste americano: primero se dispara, y después se pregunta. Soy consciente de que la situación era la que era, pero un policía tiene que estar entrenado para disparar a partes no vitales del cuerpo, de forma que se asegura la neutralización del delincuente, su posterior detención, interrogatorios, puesta a disposición judicial, etc. Esto lo saben hacer, y muy bien, los guardias civiles y policías nacionales… ¿Se imaginan ustedes como se hubieran puesto los pijo progres de haber sido la Guardia Civil quien hubiera liquidado a la práctica totalidad de los terroristas…? ¿Pueden decirnos de dónde piensan sacar información, ahora?

4. Parece obvio que es necesario centralizar y unificar las competencias en materia de terrorismo. Debería crearse una Secretaría de Estado Antiterrorista, con mando directo sobre el CNI, la Guardia Civil y la Policía Nacional, de forma que las tres organizaciones trabajen de forma conjunta sobre la materia, bajo la dependencia directa del Ministro del Interior, y del Presidente del Gobierno. Y dejar para los mozos de escuadra y la guardia urbana las infracciones de tráfico, y las multas a quienes rotulan en español, en España, que tiene cojones la cosa.

Los experimentos con gaseosa, como diría don Eugenio D’Ors, y puesto que están en juego nuestro prestigio internacional, la seguridad de los españoles y extranjeros, la primera industria nacional, que es el turismo, etc., el gobierno debe asumir todas las competencias sobre la materia.

Y al que no le guste, pues que se vaya a vivir a Andorra, que allí también se habla catalán, y que hagan copríncipe soberano a Jorge Pujol, el rey de los ladrones.

Publicado en Heraldo Sanitario de Oregón (22/08/2017) y Sierra Norte Digital (24/08/2017)

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