Don Mario Conde, en las mazmorras del Duque de Lampedusa

Tras toda la parafernalia montada sobre la detención de don Mario Conde por la Guardia Civil, siguiendo órdenes de la Audiencia Nacional, quien actúa a instancias de la Fiscalía, es decir, uno de los brazos ejecutivos, y en ocasiones ejecutor, del Gobierno de Rajoy, que actúa como el Duque de Lampedusa, quisiera hacer unas reflexiones al respecto:

1ª. –  Don Mario Conde no es un político ni un ex político, sino un ciudadano particular, que ha podido cometer algún delito, y ha sido duramente castigado por ello. Nada menos que once años de prisión efectiva.

2ª. – Sorprende ver como la nada honorable familia Pujol, por ejemplo, que han defraudado miles de millones de euros, siguen en libertad, sin problema alguno. Y, por supuesto, ni les detiene la Guardia Civil, ni pasan la noche en calabozos, ni van esposados a la Audiencia Nacional o Juzgado competente… Faltaría más, todavía hay clases.

3ª. –  O como el señor Hernández Molto y otro secuaz suyo, cuyo nombre ahora no recuerdo, son penados muy benignamente con dos años de prisión, que seguramente no cumplirán, tras hundir una gigantesca caja de ahorros, y despilfarrar cientos de millones de euros.

4ª. – Los presuntos delitos de don Mario Conde consisten, según se publica, en intentar repatriar el dinero negro que tiene en el extranjero, e inyectarlo a las empresas que posee en España… Empresas que dan de comer a cientos de trabajadores, que supongo facturarán, pagarán el IVA correspondiente, retenciones del IRPF, etc., en otras palabras, que contribuirán a la famosa reactivación económica.

5ª. – Sorprende mucho ver como hay dos varas de medir: a los políticos y ex políticos, y no digamos a la Familia Real, se les permite prácticamente todo, pero cuidado si eres un ciudadano normal y corriente, y te desvías un poco del camino trazado, que te van a dar tortas hasta en el carnet de identidad.

6ª. –  Y termino ya: ¿no estarán intentando tapar el escándalo del ministro Soria con este otro asunto, de un ciudadano normal y corriente, que intenta reorganizar su vida, después de once años en prisión, nada menos…?

Un señor que en lugar de vivir de sus rentas, crea empresas, puestos de trabajo, etc., y pretende dejar un patrimonio a sus hijos, que es lo que hacemos todos los padres responsables, aunque con menos fortuna que él, y desde luego, con menos chanchullos económicos y fiscales.

Que don Mario Conde no es un santo es algo que sabemos todos. Pero de ahí a estigmatizarlo como el enemigo público número uno, hay mucho trecho…

Publicado en La Tribuna del País Vasco (13/04/2016), El Confidencial Digital, Heraldo Sanitario de Oregón y Sierra Norte Digital (14/04/2016)