Pedro Sánchez se ofrece… para salvarse a sí mismo


Don Pedro Sánchez es un político profesional, uno de tantos. Sin oficio ni beneficio. ¿Autor? de una tesis doctoral en economía presentada en universidad privada, y a la que tiene vetado el acceso, no sabemos porque: ¿posible plagio, posible m…, o posible negro, autor de la misma, o las tres cosas a la vez?

También fue profesor asociado a tiempo parcial de la citada universidad, de esos que cobran 300 euros al mes, pues es una actividad complementaria, pero que queda muy bien en el curriculum, sobre todo cuándo ni tienes nada que poner.

Y ahora mismo tiene el futuro tan problemático como un caramelo en la puerta de un colegio. Por eso tantas prisas, que creo acabarán con él, por llegar a la presidencia del gobierno, aunque sea como mozo de cuadra de Pablo Iglesias, que aspira a montarse sobre él, y tratarle como lo que es: un mulo, y no se si también un burro…

Su huida hacia adelante, con sólo 90 diputados, de un total de 350, y despreciando la fuerza del PP, con 123 diputados (ó 122, que hay uno que no sabemos si va o viene, pues sólo se preocupa de trincar comisión más comisión), es propia de un marrullero, que no ha venido a la política para servir a España, sino para servirse de ella. Algo por otra parte común en nuestra “clase” política.

Una “clase” que carece de categoría intelectual, profesional, personal e incluso moral. A los que lo único que les preocupa es la economía: la suya propia.

¿Conseguirá el señor Sánchez formar gobierno lo más pronto tarde posible? No lo se. E incluso dudo de que aprenda a hablar correctamente, visto lo visto.

De cualquier forma, lo que está meridianamente claro es que España no le importa absolutamente nada. Primero es él; después él, y en tercer y último lugar, su familia (supongo). No le importa hundir al PSOE. Y si en el cambio se acaba destrozando España, pues que le vamos a hacer. Son cosas que pasan.

Al fin y al cabo –debe de pensar-, España ya aguantó durante siete años y medio a un individuo llamado Zapatero, y aquí estamos. Jodidos, pero vivos.

O más bien moribundos, que es ese estado próximo a la muerte, en el que dicen se experimenta una mejoría temporal, antes de estirar definitivamente la pata.

¿Será capaz “la PSOE” de leerle la cartilla a este individuo? Lo dudo mucho. El poder desgasta…, sobre todo cuándo no se tiene, y eso es lo que le pasa al PSOE. Cuatro años más de travesía del desierto pueden suponer su práctica desaparición, arrollados por Podemos, los partidos separatistas, las diversas mareas, etc. Y seguramente no están dispuestos a soportarlo, aunque para ello tengan que llevarse a España por delante…

Publicado en La Tribuna del País Vasco (02/02/2016), Heraldo Sanitario de Oregón y La Gaceta Europea (03/02/2016), Sierra Norte Digital (04/02/2016) y Decisión Económica (08/02/2016)

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