Rajoy 1, Sánchez 0

Voto por correo en mi pueblo natal, y ya he votado hace días. Quiero decir con esto que el debate de ayer no me influyó en nada, como no sea en sentir vergüenza ajena por comprobar la escasa calidad del aspirante a presidente del gobierno de lo que queda de España…

Confieso que siempre he pensado que a este líder lo han seleccionado en un casting para dependientes de El Corte Inglés. Alto, guapo, aunque yo no entiendo de hombres, varonil, joven, si por joven se entiende a una persona de cuarenta y tantos años, que como no ha trabajado en su vida, parece más joven de lo que es, en fin lo que la natura no da, Salamanca no lo presta.

Y, desde luego, este individuo no ha pisado Salamanca, ni falta que le hacía, pues lo suyo son las universidades privadas, de esas que te mandan el doctorado a reembolso de su importe, y la dedicación a tiempo completo al partido.

Es un meritorio de la política, pero un meritorio que posiblemente se va a quedar sólo en eso, pues su nivel es muy bajo, y eso suponiendo que tenga algún nivel. Demagogo, pero mucho menos que Pablo Iglesias, y carente de conocimientos jurídicos, que le hacen rehén de sus asesores… En España para ser presidente del gobierno hay que ser licenciado o graduado en Derecho, pues nuestra nación, que también es un Estado, es como la selva: hay 3.000.000 de normas legales, más o menos, y como no tengas una mínima formación jurídica, andas más perdido que un pulpo en un garaje.

Y este hombre anda perdido. Muy perdido. Vamos, que no sabe ni por donde anda.

Pero lo que la natura no da lo concede con facilidad el populismo, la mala uva, el acudir al fácil caladero del voto feminista –las mujeres tienen más derechos que los hombres-, etc. ¡Mira que acusar a Rajoy de que las españolas no pueden tener hijos por su culpa! Es acojonante.

Todos sabemos que el PP ha cometido actividades poco edificantes, por hablar con caridad cristiana. ¡Pues anda que el PSOE!

Un debate entre un presidente del gobierno y ¿el líder de la oposición? No puede ser una riña tabernera, de verduleras, invocando la carta de una señora, un caso particular que es la anécdota, no la categoría, y pretendiendo extraer consecuencias universales de dicha carta. Habría que ver el caso, las circunstancias concurrentes, si se han agotado o no los recursos administrativos o judiciales contra la resolución, su motivación o fundamentación, etc.

Pero cuándo uno se postula ante una treintena de millones de votantes, no puede detenerse en el caso concreto, sino que tiene que ir a lo general. Vamos, digo yo.

Y se puede criticar a un partido, pero no a su líder, sobre todo cuando ese líder no ha pisado un juzgado como imputado en su vida, mientras que dos ex presidentes del PSOE, por ejemplo, están imputados por el latrocinio de los eres (expedientes de regulación de empleo).

Sentí vergüenza ajena de ver la patética actuación de Sánchez. Menos mal que Rajoy es gallego, y actuó con la flema característica de los gallegos, pues era para levantarse del debate y marcharse.

En cuyo caso, el pobre botarate hubiera pensado que había ganado, sin darse cuenta de que España tiene derecho a tener un presidente del gobierno que sepa estar a la altura del cargo. Y ayer don Mariano, a quien tanto he criticado, y espero seguir criticando en el futuro, demostró que el cargo no le viene grande, y que tiene la clase y categoría que a Pedro Sánchez le falta.

Resumiendo: ganó Rajoy, y perdió Sánchez. Él solo ha cavado su propia fosa política.

A partir del próximo lunes, día 21, es muy posible que descanse ya en paz, lo que por otra parte lleva haciendo desde que está en política.

Publicado en Decisión Económica (15/12/2015), Sierra Norte Digital, Heraldo Sanitario de Oregón y La Tribuna del País Vasco (16/12/2015)