Las bolsas de juristas sustitutos


Comenzaré diciendo que el Consejo General del Poder Judicial y el Ministerio de Justicia tienen a su servicio a un gran grupo de competentes juristas, agrupados en tres bolsas distintas: la de jueces sustitutos y magistrados suplentes, en el caso del CGPJ -aunque en este caso habría que hablar más bien del CGJJ, es decir, del joder judicial, como decía una famosa errata del BOE-,la de abogados fiscales sustitutos, dependiente del Ministerio (que se ahorra nombrar fiscales sustitutos, 2ª. categoría de la carrera, pues sólo nombra de la 3ª,, abogados fiscales sustitutos, pero luego te obliga a desempeñar plazas de la 2ª, por supuesto sin pagarte el complemente específico correspondiente), y secretarios judiciales sustitutos, todos idénticos, pero en dónde el Ministerio te abona el complemente correspondiente, pues no es lo mismo ser Secretario de una Audiencia Provincial, por ejemplo, que de un pueblo de mala muerte, dónde hay un juzgado, nadie sabe para qué, pues escasamente entran asuntos…

En los tres casos el trato raya en el despotismo, y no ilustrado, sino sin ilustrar, es decir, zafio. Desde el secretario de gobierno al que comunicas que ha fallecido tu madre, y vas a coger el permiso correspondiente, y no es capaz ni de darte el pésame, hasta el fiscal jefe que te encomienda tu trabajo y el de otros fiscales, aprovechando que la normativa dice que no eres un interino, y que por tanto no tienes “derecho” a hacer solamente el trabajo de la persona a la que sustituyes, sino todo el que el jefe quiera encomendarte,, cual burro de carga de la fiscalía correspondiente.

Pasando por los compañeros que te miran por encima del hombro, pues ellos sí han aprobado una oposición…, algo que en mi caso es impensable, entre otras razones porque nunca me he molestado en opositar a nada. (Luego te enteras de que uno es hijo de magistrado, otra de fiscal superior, etc., vamos que hay bastante corporatismo).

Por supuesto también hay compañeros que trabajan a tu lado, hombro con hombro, sin hacerte de menos, ni ellos de más, y que nunca te recuerdan que ellos son “de carrera”, y tú un vulgar sustituto, suplente o prostituto, o más bien prostituido, pues la “política”, tanto del CGPJ como del Ministerio de Justicia, ha sido de usar y tirar…

Y así han conseguido que la mejor gente se marche, rumbo a la abogacía, grandes despachos jurídicos, asesoría jurídica de empresas, u otros cuerpos dónde se respete más la igualdad, el mérito y la capacidad.

Por no hablar del funcionamiento anómalo de alguna de estas bolsas, por ejemplo la de secretarios judiciales, dónde los secretarios de gobierno de los tribunales superiores hacían de su capa un sayo, colocando a primos, sobrinos y demás familia, sin problema alguno. O incluso, en el colmo de la sinvergonzonería, enchufando de secretario de La Almunia (Zaragoza) a un señor que ni siquiera estaba en la bolsa…

Menos mal que Gallardón, con todos sus defectos, puso coto a esa situación centralizando mucho las bolsas y los nombramientos en el Ministerio. (Aunque sigue habiendo medio centenar de secretarios coordinadores provinciales cuya principal función es hacer esos llamamientos, relevados de llevar la secretaría de un juzgado, vamos, que se pegan la vida padre. Estos sí que son auténticos liberados. Pero ya se sabe que en España nos sobra el dinero, y podemos malgastarlo sin problema alguno. Al fin y al cabo, vamos camino de ser Grecia-2).

Respecto a la bolsa de jueces sustitutos, son acojonantes los “criterios” de nombramiento. Se otorga preferencia a quienes estén preparando la oposición correspondiente, de forma que gente que lleva 20 años demostrando anualmente su absoluta incapacidad para ser juez, por falta de los conocimientos suficientes…, son nombrados Magistrados Suplentes o Jueces Sustitutos. ¡Yo creo que esto sólo pasa en España!

Claro que detrás de su nombramiento muchas veces está su padrino, el preparador correspondiente, que lleva años cobrándole 300 euros mensuales, por término medio, por ir una vez a la semana a cantarle los temas… ¡Yo acredito que sabe mucho, lo que pasa es que tiene muy mala suerte, el pobre! Y tan mala. Vamos, que ni en dos vidas sería capaz de aprobar la oposición correspondiente…

Por no hablar del concursante por partida doble o triple, que se apunta en dos ó tres bolsas, y luego va saltando alegremente de bolsa en bolsa, o rechaza los nombramientos peores, de escasa duración, etc.

O baremos tan arbitrarios como el de secretarios, al menos en mi época, que valoraba la mitad haber sido fiscal o juez, que secretario. ¡Pero que aires tienen estos secretarios! En cambio en las bolsas de jueces o fiscales el ejercicio de cualquiera de las tres profesiones jurídicas, juez, fiscal o secretario judicial sustituto, se valoraban exactamente igual.

Termino ya. ¿Algún día alguien pondrá un poco de mesura, cordura y sentido común en estas bolsas…?

Publicado por Decisión Económica (09/09/2015), La Tribuna del País Vasco (11/09/2015) y Sierra Norte Digital (13/09/2015)

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