Venta de doctorados universitarios en España
Que hay un mercado negro de títulos universitarios en el mundo, es algo que nadie pone en duda. Basta con ojear internet para verificarlo. Pero que algunas universidades privadas españoles se dediquen a lo mismo, es realmente preocupante, y acreditativo del grado de degradación a que han llegado algunas instituciones universitarias.
En su día curse tres carreras universitarias, trabajando y estudiando, con esfuerzo y dedicación, como se hacen las cosas que valen la pena en la vida. Soporté unos niveles académicos duros, pero no me quejo. La formación debe ser exigente, y no todo el mundo vale para estudiar, en contra de lo que la sociedad piensa.
Tras haber sido “segregado” del profesorado de la Universidad de Zaragoza por el ínclito señor Badiola –el de las vacas locas-, como brazo ejecutor del Colectivo de Profesores –marxistas, pero no de Carlos Marx, sino de Groucho Marx-, realicé los cursos de Doctorado en Derecho, pero no quise presentar la tesis en esa Universidad que tan mal me había tratado –y tan injustamente-, y preferí emigrar a una universidad privada, catalana por mas señas, para presentar la tesis correspondiente.
Hecha la tesis –los ejemplares correspondientes, debidamente encuadernos, están a disposición de quien quiera consultarla-, y tras el visto bueno del director correspondiente, y previo pago de una cantidad astronómica por la matricula, procedí a su presentación.
Cual sería mi sorpresa cuando el Vicerrector de Investigación de la universidad, un profesor de enseñanzas medias reciclado, por otra parte, y ayuno de formación y conocimientos jurídicos, como acredita su curriculum, que tiene “colgado” en internet, para vergüenza propia y ajena, se permitió poner objeciones a la tesis, fundamentalmente de carácter formal, tipos de letra, formas de reseñar la bibliografía, etc., como excusa para que rehiciese la tesis, que ellos iban a publicar en internet, para ilustrar al mundo mundial.
Es decir, ni siquiera se permitía que fuese el Tribunal de Tesis quien diera su veredicto sobre la bondad o no del trabajo original de investigación realizado, sino que un mequetrefe, nombrado a dedo por el Rector correspondiente, se dedica a poner la zancadilla a los futuros doctores, con excusas inverosímiles, y supongo que con la intención –al menos en mi caso- de sacarles más dinero, que la vida está muy cara, y esto de las universidades privadas es la crónica de un fracaso anunciado.
Posteriormente el director de la tesis (todo lo que digo está documentado por emails, que obran en mi poder), se ofreció a arreglar la tesis, por medio de un “negro”, y previo pago de una cantidad prácticamente del doble de lo que ya me habían cobrado previamente. Y como son catalanes, y ejercen como tales, la mitad había que pagarla por adelantado, y el resto a la aprobación de la tesis, que lógicamente no iba a tener ningún problema. Excuso decirles que este señor es profesor de la citada universidad, con lo cual todo se quedaba en casa. Y el “negro” posiblemente sería algún empleado administrativo de la institución…
¿Es lógico que algunas universidades privadas actúen así? Se trata de obtener dinero, a toda costa, y de mercantilizar los títulos, cobrando cantidades exorbitadas por su expedición, y poniendo toda clase de excusas absurdas para sacarles más dinero a los doctorandos.
Realmente, y tras salir de la universidad maldiciendo la institución, al menos la de Zaragoza, como verán ustedes mi fe en el sistema universitario español está cayendo en picado.
Y para satisfacer su curiosidad morbosa, les diré que la cantidad rondaba los diez mil euros, entre la matricula y “los arreglos”.
Estoy pensando seriamente en crear una universidad privada, y dedicarme a extender títulos y doctorados a cualquier inútil que tenga el dinero suficiente para pagarlos…, mediante la “convalidación” de su inteligencia para hacer dinero, que en este mundo de las universidades privadas todo es convalidable, previo pago de su importe, naturalmente.
Publicado en La Tribuna de España (13/09/2018) y Alerta Digital, La Tribuna de Cartagena y Mediterráneo Digital (14/09/2018)
Afortunadamente los títulos de doctorado no capacitan profesionalmente, puesto que lo que habilita para el ejercicio es la licenciatura o el grado… Son más bien títulos honoríficos, para reconocer la valía de una determinada persona, o un reconocimiento social de su competencia académica, que no profesional, pues conozco a muchos Doctores que son absolutas nulidades en el campo de su especialidad supuestamente «profesional».
De cualquier forma, es triste lo que dice el autor, que por otra parte es la verdad, pues he conocido algunos casos similares, de forma que hoy en día el que no es Doctor es porque no quiere, no tiene no le apetece gastarse los diez mil euros de que habla. Y en algunas universidades, incluso bastante menos…
Las universidades, tanto privadas como públicas, tienen que sobrevivir, y están dispuestas a hacer lo que sea para conseguirlo.
Al paso que vamos, pronto enviarán los títulos contrareembolso…
Afortunadamente, y como dice el autor, los Doctorados son meramente honoríficos, y no añaden gran cosa al curriculum profesional. Pueden servir como un mérito, pero nada más. Todos conocemos a doctores que son absolutamente imbéciles y a licenciados con una gran competencia profesional.
Pero no deja de ser triste que se «negocie» tan alegremente con la expedición del máximo título que otorga la depauperada universidad española.
El Doctorado siempre ha sido un cachondeo. En mi época los catedráticos sólo apoyaban a sus discípulos, ya que en la universidad es en el único sitio que se valora,, y ponían toda clase de obstáculos a los que no eran de su cuerda, secta religioso o ideología, para que la cuadra de sus «caballos» tuviera ventaja sobre los demás animales…racionales que aspiraban a ser profesores universitarios.
Nunca he visto valorar el trabajo bien hecho, pues la universidad se rige por sus fobias y sus filias, y es sorprendente ver a personas completamente distintas apoyándose, para evitar la entrada de «intrusos» en el tempo sagrado de la estulticia y la imbecilidad, en que se han convertido la mayoría de los centros universitarios.
Lamento ser tan pesimista, pero es la verdad, al menos como yo la veo.
Ramiro, la verdad es que no se que te sorprende… El Doctorado ha sido siempre un filtro utilizado por las universidades públicas, para facilitar -o impedir- el acceso a su profesorado a personas concretas y determinadas, dentro de una política de cooptación, en la que lo que más prima es el amiguismo, la pertenencia a determinadas escuelas o ideologías, y, por que no decirlo, incluso los favores hechos previamente…, o que se espera cobrar en el futuro.
Y al hablar de favores lo hago en su acepción más amplia, que incluye incluso los favores sexuales, y por mi condición de mujer, te puedo decir que se de lo que hablo, pues lo he vivido en primera persona. Por supuesto no cedí, y en las puertas de la universidad me quedé, sin acceder a la tesis, ni posteriormente a la docencia universitaria.
Pero estoy muy contenta de haber actuado con arreglo a mi conciencia y honor.
Otra compañera decía que en la universidad había que chupar muchos culos, y creo que no lo decía en sentido figurado, sino real.
Gracias por tu testimonio, y sobre todo por la valentía de decir lo que verdaderamente está pasado en muchas universidades, tanto públicas como privadas. ¡Gracias a Dios, no en todas!
A propósito de este artículo, m gustaría saber cuántos miles de euros le ha costado a Pedro Sánchez «la compra» de su doctorado, ese en el que se niega a que nadie vea su tesis…
¿Está plagiada, o es que es tan mala que le da vergüenza que nadie la vea?
Y pensar que con tipos como este guaperas o Pablito Iglesias, con un curriculum universitario también «fabricado», se pretende dirigir el futuro de esta nave con casi 50 millones de personas dentro…
Señor Grau, hace unos días el diario «El Mundo» publicó un amplio artículo que ratificaba y corroboraba su artículo-denuncia, aunque en este caso se trataba de «autónomos», es decir de personas que se ofrecían por internet para redactar tesis doctorales, a cambio del pago de varios miles de euros…
Soy consciente de qu ehay mucho paro, y mucho titulado universitario sin nada provechoso que hacer, pero que se «mercadee» con la más alta titulación académica que otorgan las universidades es francamente lamentable, y dice bien poco del prestigio de esas antaño prestigiosas Instituciones.
Y digo antaño, que no hogaño, que actualmente si de algo carecen, y cada día más, es de prestigio.