Justicia interina o fámulos judiciales
He trabajado más de una década en la llamada justicia interina, aunque más bien habría que llamarla justicia sustituta, pues no pasa de ser un sucedáneo de lo que debe ser un profesional de la administración de justicia.
Por supuesto que hay personas muy valiosas entre estos sustitutos, tanto jueces como fiscales o secretarios judiciales, pero es lamentable el trato, más bien el maltrato, que se recibe por parte del empresario, el Ministerio de Justicia, y en ocasiones también por parte de algunos supuestos compañeros, que usan y abusan de tu condición de sustituto, para que hagas lo que ellos no quieren hacer, pues para eso han aprobado una oposición…
Una buena parte del funcionariado español no considera la oposición como un sistema objetivo de acceder a un empleo público, sino la forma de obtener una canonjía, que les permitirá pasar la totalidad de su vida laboral trabajando lo menos posible, o incluso, y si es posible, sin dar palo al agua. Una vida laboral de alrededor de cuarenta años, nada menos.
La paulatina supresión por parte del actual Ministro de Justicia, don Alberto Ruiz-Gallardón, de la práctica totalidad de los sustitutos, tanto de jueces como de fiscales y secretarios judiciales, creo es una de las mejores medidas que ha tomado, y que era necesario arbitrar, para evitar la existencia de una plantilla B de personal de justicia, que habían accedido a sus cargos, en una buena parte de los casos, procedentes del enchufismo, hijos de jueces y fiscales, personas fracasadas en las oposiciones correspondientes, abogados que no habían tenido éxito profesional, profesores de universidad que sobraban, etc.
Por primera vez en la historia, los funcionarios “de carrera” han levantado la voz –aunque levemente, por razones de educación-, en defensa de este colectivo maltratado. Y no me extraña, pues a ellos les venía estupendamente la existencia de estos fámulos de la administración de justicia, que actuaban no como sustitutos, sino como auténticos prostitutos de la justicia, dado el uso y abuso que se hacía de los mismos… Y no tiene que contármelo nadie, pues lo he vivido en mis propias carnes.
En fin, confío y espero que los nuevos jueces, fiscales y secretarios judiciales, por oposición, en lugar de estar tanto tiempo en la Escuela Judicial hagan más prácticas en los juzgados y fiscalías, que es dónde realmente aprenderán a administrar justicia, al lado de compañeros avezados, que puedan enseñarles todo lo que no está en los libros, que es mucho.
Y respecto a los sustitutos actuales, hagan lo que yo: monten su propio despacho de abogados, para ganarse honradamente la vida, pues tienen formación más que suficiente. O, en el peor de los casos, abran su “despecho”, que siempre caerá algún justiciable que llevarse a la boca…
Compañero, te voy a hacer una confidencia. Hablas de abrir un despacho. Te ruego que toques otro tema a propósito de lo siguiente. ¿Qué te parece si te cuento que acompañando a un amigo a una consulta jurídica a un reputado despacho de la Calle Aribau en Barcelona, me preguntan que cómo llevando casi 20 años en la llamada «justicia interina» cómo es que no había accedido por el cuarto turno? ¿Cómo es posible que muchos de los reputados abogados se lo planteen para culminar su etapa profesional o dar un giro e incluso nos hayan preguntado cosas así a lo largo de nuestra vida profesional? ¿Y qué cara se te queda cuándo te preguntan, cómo es posible que con semejante trayectoria y estando dentro no hayas entrado, cuando parece tan «fácil» y es una salida, en principio y por lógica «ad hoc»? Yo, personalmente, me quedo sin palabras… Porque si hablooooo.
Estimada compañero, seguramente no has accedido por falta de enchufe, que es como se accede mayormente por el llamado cuarto turno.
Aún recuerdo a varios turnistas a los que conocí en una ciudad de la España interior, que me decían no me molestase en presentarme sino tenía un buen enchufe. A continuación añadían que ellos no l tenían, pero que era la excepción que confirmaba la regla.
Luego cuando profundizabas en sus relaciones, matrimonios, trabajos anteriores, etc., veías claramente el hilo conductor que les llevaba sin ningún problema a la carrera judicial, y no digo más por respeto a la confidencialidad de los datos personales.
Prueba con el ejercicio del Derecho, que estoy seguro demostrarás todo lo que vales.
Gracias por tu comentario y cordiales saludos.
El maltrato por el estamento judicial a los sustitutos, sean jueces, fiscales o secretarios, es similar al corporatismo del Ejército, dónde a los Oficiales que no han pasado por las Academias se les trata de forma distinta, integra en escalas especiales, ascienden menos, etc.
Pero al menos en el Ejército se les permite reengancharse, quedarse en la «empresa» y hacer una relativa carrera militar, lo que no sucede en la Justicia, donde los sustitutos son de usar y tirar, más bien PROSTITUTOS que sustitutos, pues sólo se les utiliza cuando se les necesita, y luego se les deja tirados a la intemperie…
Yo pienso que el Ministerio y el CGPJ tendrían que haber arbitrado alguna salida digna para los actuales sustitutos, mediante un concurso-oposición específico, que valorase debidamente los años de servicio, y la consiguiente experiencia profesional, como se viene haciendo en la sanidad, enseñanza, etc.
Lo que pasa es que el corporatista mundo judicial «reserva» las nuevas plazas para sus hijos, y obviamente no quieren que la plantilla se complete, pues entonces saldrán muy pocas plazas a oposición, y no podrán enchufar a sus niños y niñas.
¿O alguien cree que no hay infinidad de llamadas y presiones a los miembros de los Tribunales, que además se publican en el BOE, para general conocimiento…?
Los sustitutos hacemos lo que nadie quiere hacer, se nos destina a los peores lugares y se nos encomiendan los juzgados más atascados o los asuntos que nadie quiere llevar. Realmente somos objeto de un mobbing por parte del Ministerio, el Consejo y la Fiscalía, aunque a mi esta palabreja inglesa no me gusta. Prefiero la española maltrato, que me parece más adecuada al trato que recibimos por parte de nuestros superiores, e incluso de algunos «compañeros» con plaza fija…
Acabo de leer en la prensa que han jurado 204 nuevos jueces, y digo jurado y no tomado posesión, pues no hay juzgados para ellos… Por lo tanto van a tener que actuar como jueces de apoyo, o apoyo a los jueces de apoyo, es decir, como auténticos sustitutos, pero eso sí, con oposición aprobada, escuela judicial, etc.
Mientras tanto hay montones de magistrados ingresados a dedo, con criterios políticos, procedentes de malos abogados y enchufados varios, que forman el cuarto turno, y ocupan plazas en capitales de provincia o ciudades grandes. ¡Así de injusta es la justicia española!