La lentitud de la Justicia informatizada
El título parece un contrasentido, y de hecho lo es: ¿cómo va a ser lenta la justicia si la informatizamos? Pues así es, en efecto, y casi me atrevería a decir que a mayor informatización, más lentitud. Parece absurdo, pero es real como la vida misma.
Los asuntos se tramitan con toda celeridad, lo que es falso, pues pese a la informatización, o tal vez por ello, cada día funciona todo peor. Para muestra, dos botones:
1. Lo que yo llamo el “cuello de la botella”. Pones una demanda, por ejemplo en reclamación de una paternidad. El expediente se tramita en un par de meses…, pero pasa un año y medio hasta que el juez correspondiente, que está de asuntos hasta las cejas, señala vista. Mientras tanto el padre no puede ver a su hijo, pues a la madre no le sale de los ovarios dejar que le vea, y tampoco puede denunciar penalmente esa imposibilidad…, pues no está reconocido como padre. La pescadilla que se muerde la cola. (Este caso es real, y lo tengo sobre la mesa). El día del juicio el niño irá andando, y como se suspenda la vista, a la siguiente citación ya habrá hecho la primera comunión…
2. La Audiencia Nacional es la única administración judicial que teóricamente funciona sin papel, y digo teóricamente, pues hay que seguir presentando todo en soporte papel, lo que pasa es que luego se escanea y se transforma en un expediente electrónico. (Según la prensa el escaneado de los asuntos en curso ha tenido un coste de nueve millones de euros, es decir, mil quinientos millones de las antiguas pesetas, que no está nada mal). Pues bien, reclamamos en vía contencioso-administrativo la denegación de una pensión a un ex policía nacional expulsado del cuerpo, y el expediente administrativo que obra en el Tribunal Económico Administrativo Central, que está situado próximo a la de la sede en Goya, 14, de la Audiencia Nacional, lleva cerca de un año sin llegar. Seguramente lo estarán enviando a lomos de una tortuga…lenta, pues si fuese rápida ya se hubiera recibido.
En resumen y como conclusión, ¿de que sirven los expedientes informáticos, la administración electrónica y la madre que los parió si detrás de todo ello hay personas que solo tienen dos manos y dos ojos, y no pueden dar abasto a tantos asuntos? No pueden o no quieren…
Por medio hay incumplimientos masivos de horarios, en realidad no hay control alguno, al menos para los cargos más elevados del sistema judicial, magistrados, jueves, fiscales… Semanas caribeñas de cuatro días, y a veces incluso de tres. Pluriempleos, legales, ilegales y mediopensionistas, con clases a tiempo parcial e las universidades, preparación de opositores, en la mayoría de los casos cobrando en dinero negro –para dar ejemplo de “respeto” a la ley-, escritura de libros, artículos y dictado de conferencias, por supuesto cobrando por ello, etc.
Es discutible si las funciones judiciales y fiscales están bien, regular o mal pagadas. Hay casos y casos. Pero lo que sí está claro es que a nadie se obliga a permanecer en los cuerpos correspondientes…, y que todos pueden coger la puerta y marcharse, como por ejemplo hacen muchos abogados del estado, que ganan más en la empresa privada que en el sector público. Pero lo cierto es que no se va nadie o casi nadie. Por algo será.
Obviamente trabajar en un sitio donde lo que priva es la irresponsabilidad más absoluta, la falta de control real de objetivos –independientemente de los módulos del CGPJ, sobre los que además habría mucho que decir-, que puedes ir cuando quieras y marcharte cuando te apetezca, que si un día no vas no pasa nada, que lo simultaneas con la preparación de opositores y puedes ganar muchísimo dinero con los citados alumnos, cobrando en efectivo y sin declarar fiscalmente, etc., no es como para dejarlo.
En fin, como estamos en Navidad, y todos estamos llenos de buenos deseos para el nuevo año, el mío es que el nuevo CGPJ se ponga las pilas y se tome en serio el control de la actividad –o falta de ella- de muchos órganos judiciales, y de sus titulares respectivos, además de erradicar de una vez por todas la “justicia interina”.
El artículo es muy certero. No sirve de nada gastar cantidades millonarias en informatizar hasta el último juzgado de pueblo, si luego ni hay interconexión de datos entre todos los órganos judiciales, cada autonomía diseña un sistema informático incompatible con la autonomía de al lado, la fiscalía no está conectada con los juzgados ni los juzgados con la fiscalía, en fin, el coño de la Bernarda, y que me perdone la Bernarda.
Por no hablar del desinterés por el trabajo de una buena parte de los jueces y fiscales -en los secretarios judiciales ya es «tradicional» que no peguen ni golpe-, que están convencidos de que haber aprobado una oposición les exime de rendir en su trabajo, y trabajar todos los días. La mayoría -no todos, a Dios gracias- consideran su trabajo como una canonjía que hay que disfrutar, en lugar de un puesto de trabajo que hay que cuidar y en el que hay que producir todos los días, lo más y mejor posible. Y así nos va.
Mientras los jueces, fiscales y secretarios NO FICHEN, se puedan ausentar del trabajo cuando les de la gana, o incluso no vayan el día que no les apetece, la administración de justicia será un cachondeo.
Y los secretarios, además de fichar deben de controlar que los funcionarios fichen y se pongan a trabajar, que estoy cansado de ver como muchos llegan a juzgado, fichan y seguidamente se van al bar más cercano, a desayunar tranquilamente, durante media hora al menos, pero «oficialmente» están trabajando, pues ya han fichado.
El número de magistrados, jueces y fiscales que «aparecen» por los sitios donde trabajan antes de las diez de la mañana es francamente muy reducido, y eso lo sabemos todos los que trabajamos en justicia. ¡Y luego pretenden que los demás trabajemos, cuando ellos no dan ejemplo alguno!
Soy funcionario de justicia y quiero ampliar la información que aporta el artículo:
1. Cada autonomía tiene un sistema informático distinto, que no son compatibles entre sí, ni con los que ha implantado el Ministerio de Justicia para los jueces y fiscales: de ahí al caos, sólo hay un paso.
2. Las bases de datos de personas imputadas, procesadas, condenadas, en libertad provisional, que tienen decretada su búsqueda y captura, etc., del CGPJ y del MF no están interconectadas, de forma que un organismo desconoce -literalmente- como está un determinado expediente o asunto, y así se puede producir que un señor se presente en un juzgado los días 1 y 15, mientras que el juzgado contiguo, de la puerta de al lado, tiene decretado s ingreso en prisión…
3. Los jueces dependen del CGPJ; los fiscales del ministerio de justicia; los secretarios a medias, para unas cosas del ministerio y para otras de la autonomía correspondiente, a la que se han transferido las competencias de administración «de la administración» de justicia, el personal funcionario también está transferido a la autonomía, en fin un auténtico desbarajuste, que a veces parece buscado a propósito, pues una casa con tantas puertas, con tantos jefes y con tantas dependencias distintas, es prácticamente imposible que funcione…
En resumen, la justicia funciona mal, y no va camino de mejorar, sino más bien lo contrario. Al paso que vamos, cada día funcionará peor. Es triste decirlo, pero es la verdad.
Creo que el problema de fondo es que los políticos no quieren que la justicia funcione bien, pues no les interesa, y por eso crean todas esas distorsiones, a propósito. Hacienda, por ejemplo, es capaz de localizar rápidamente a cualquier contribuyente, y los juzgados, en cambio, pueden tardar años en averiguar el domicilio de un demandada, denunciado o querellado. ¿Alguién lo entiende? Yo no.
Tiene mucha razón el autor en lo que dice. Soy abogado y estoy cansado de oir siempre la misma cantinela cuando voy a cualquier órgano judicial y pregunto por el juez, fiscal o secretario, pues tengo que consultarles un asunto: «no está, hoy no ha venido» (estoy hablando de días laborales), «ha salido a desayunar» (y te pegas una hora esperando), «está reunido y no le puede atender» (que suele decirse cuando no está, pero así queda más políticamente correcto), etc.
La Inspección de Servicios que teóricamente ejerce el CGPJ avisa de su llegada con alguna antelación, por lo que cuando van, todo el mundo está en sus puestos, aunque salgan corriendo tan pronto se vaya el Inspector y el Secretario correspondiente…
Ah, se me olvidaba: no vayas un viernes a ningún juzgado o fiscalía, pues nunca encontrarás a ningún juez o fiscal -y muchas veces tampoco a los secretarios-, salvo causa de fuerza mayor, servicio de guardia, etc.
Incluso se ha popularizado la figura del fiscal faxcista, que se está en su casa, pero emite su informe por fax, por supuesto sin enterarse de nada, simplemente para cubrir el expediente y poder enviar a algún pobre desgraciado a prisión. (Acabamos de verlo en Zaragoza…).
En fin, para que seguir. Estamos en Navidad y a mi estas fechas me deprimen mucho…