El aforamiento, ¿licencia para robar?
En los últimos tiempos la realidad judicial española, la cruda realidad, nos ha demostrado la existencia de tres “clases” de ciudadanos:
De primera, que son los miembros de la Familia Real y sus adláteres, Urdangarín incluido (por ahora). Están por encima de la ley, pueden hacer lo que quieran y nadie se mete con ellos… No hay juez que se atreva a citar a declarar a la Infanta Cristina, por ejemplo, y mucho menos la fiscalía, que como ya sabemos es la voz de su amo… (Y si algún juez se atreve, siempre hay un Tribunal superior que corrige la “equivocada” decisión inicial).
De segunda, que son los aforados, ministros, diputados, senadores, etc. Muchos nos preguntamos que para que sirve el Senado, sin darnos cuenta de que es un cementerio de elefantes muy útil para dotar de aforamiento a presuntos delincuentes políticos, que han estado gobernando en autonomías, diputaciones provinciales, grandes ayuntamientos, etc., y quieren tener la seguridad de que no tendrán que comparecer ante un juez normal y corriente, no vaya ser que ¡esté loco” y les empitone, es decir, les impute. Así tienen la seguridad de que las querellas y denuncias contra ellos sólo se verán ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que ya sabemos lo comprensiva que es cuando se trata del enriquecimiento injustificado de Bono, Blanco, Bacina…, etc. Cualquier explicación les basta para cubrir el expediente y darle carpetazo al asunto.
De tercera, es decir ciudadanos de a pie, como usted y yo, o más bien contribuyentes natos, vasallos, súbditos… Pagadores de impuestos a troche y moche, a los que no se nos perdonará ni una, y que rápidamente seremos imputados, juzgados y condenados, previo paso por la prisión provisional, por cualquier chorrada que hagamos…
En resume, un sistema judicial tercermundista, más propio de un país africano que de una nación europea. ¿Será verdad que África empieza en los Pirineos…?
D. Ramiro totalmente de acuerdo con su escrito. El nuevo partido nacional Democracia y Libertad Popular http://www.democraciaylibertadpopular.es eliminará los aforamientos lo estamos pidiendo con firmas. Muchas gracias. Un saludo.
Desgraciadamente el aforamiento, que se creó para proteger a los diputados y senadores cuando actuaba en calidad de tales, dando opiniones políticas o criticando a autoridades, etc., se ha convertido en una patente de corso para que esta gente pueda hacer l que le de la gana, con la tranquilidad de que nada les va a pasar, pues siempre encontrarán «la comprensión» del Tribunal Superior de Justicia correspondiente, o de la Sala Segunda del Tribunal Supremo…
D. Ramiro: para empezar, aunque sea con retraso, felicitarle por su artículo sobre los abogados zaborreros, que creo tiene especial mérito siendo usted mismo abogado.
Dicho lo anterior, felicitarle también por este que nos vuelve a la cruda realidad, y digo esto, porque después de haber seguido hoy mismo la comparecencia del Sr. Rajoy en relación con los «papeles» de Bárcenas y de que insistentemente haya utilizado como eje central de su alegato, su escrupuloso respeto a la acción de la Justicia y a dejar que esta siga su curso, algún iluso podría creer que efectivamente, en España existe tal cosa y que todos somos iguales ante la Ley. Aunque desde luego, el Código Penal existe y para unos más que para otros.
Es una pena que en el paquete de medidas para fortalecer la acción de la Justicia y combatir la lacra de la corrupción que ha anunciado enfáticament en la comparecencia, no haya incluido que los aforados dejarán de serlo y lo más importante: que se abstendrá en absoluto de volver a nombrar a nadie como presidente del Tribunal Prostitucional, ni de ningún otro órgano judicial y menos aún, a un ex militante de su propio partido. Porque manda huevos que para ser jurado se exija carecer de la más mínima contaminación ni predisposición -ni a favor ni en contra- respecto al acusado, mientras que para ser presidente de un tribunal que tiene la última palabra sobre asuntos que generalmente son naturaleza política, se permita haber sido militante de un partido. Me figuro que no hace falta ser muy listo para deducir que esta es la razón por la que el Sr. Roca, que además de abogado defensor de la Infanta conoce bien el tema, porque ha sido cocinero antes que fraile, y para mayor escarnio, uno de los «padres» del engendro, se haya dado prisa en afirmar que el referido tribunal no le merece el menor respeto.
Desgraciadamente y como prueba de que efectivamente, creen que todos somos imbéciles, el Sr. Rajoy se permite engolar la voz; ponerse enfático y pregonar su acato a las decisiones judiciales. ¡Lastima que el Sr. Bárcenas no haya sido un miembro de la Casa Real porque otro gallo le cantaría! En cambio, una vez expulsado a las tinieblas exteriores, este infeliz ni siquiera tiene la posibilidad de que lo indulten o le apliquen la misma vara de medir que -por poner un par de ejemplos- al Sr. Vera, que salió porque “se deprimía” o a los Srs. Enric Roig y Antoni Herce, expresidentes de ferrocarriles de la Generalidad, que después de haber sido condenados a cuatro años de prisión por malversación, solo han pasado 48 días encarcelados porque han sido indultados y ya disfrutan del régimen abierto con el consistente argumento de que gozan de «de un entorno social y familiar estable».
Solo añadir que cuando sea mayor, yo también quiero ser político para poder partirme el pecho en defensa de los ciudadanos. Porque además de meritorio, compruebo que a todos les va muy, pero que muy bien.
Salu2.