Políticos conseguidores y privilegios de altos cargos
Don José María Aznar es fichado por una empresa privada, con unas retribuciones que para mí ya quisiera. Igual ha sucedido con don Felipe González. Y estoy seguro que hasta don José Luís Rodríguez, El último –y peor- presidente será fichado por alguna multinacional española para que ejerza de “conseguidor”.
Y mi ex compañera en la docencia universitaria doña María Emilia Casas se reincorporará a su cátedra de derecho del trabajo y seguridad social, con el “regalo” de un 80% de sus retribuciones como presidenta del Tribunal Constitucional “del Gobierno”: 129.271,46 euros, durante dos años, y cuando se jubile la pensión máxima. (La Gaceta del 12 de enero, página 13). Retribuciones todas ellas compatibles y acumulables, al igual que los ex presidentes del gobierno disfrutan vitaliciamente del 80% del salario correspondiente. Y en idéntica situación de privilegio están o estarán las personas que hayan ostentado los cargos de Defensor del Pueblo y de Fiscal General del Gobierno –perdón, ha sido un lapsus, quiero decir del Estado-.
¿Cómo es posible que sean compatibles las percepciones anteriormente reseñadas con las retribuciones por la realización de trabajos, tanto en el sector público como privado? Al parecer las incompatibilidades sólo son aplicables a las categorías inferiores del funcionariado. Como aquel pobre empleado de administración y servicios de una universidad pública que fue expedientado y sancionado gravemente por poner copas en un pub los viernes y sábados noche, para sacarse unos euros con los que complementar sus escasos ingresos…
Por otra parte, algunos Abogados del Estado por la mañana defienden al Estado y por la tarde asesoran a los empresarios en sus despachos privados sobre como darle la vuelta a la normativa estatal. O muchos profesores universitarios que simultanean la docencia con la abogacía, o más bien dicho, que son abogados a tiempo completo, aunque de vez en cuando dan alguna clase…
En resumen, tenemos un país de charanga y pandereta, si la situación no fuese tan grave.
Habría que:
1. Derogarla ley de incompatibilidades, que paradójicamente lo que hace es permitirá la compatibilidad entre dos empleos públicos,, o entre uno público y otro privado…
2. Suprimir los COMPLEMENTOS ESPECIALES DE ALTOS CARGOS, del que disfrutan miles de funcionarios, ya que es totalmente injusto y no tiene sentido alguno.
3. Suprimir LA CESANTÍA del 80% del salario percibido por haber sido Ministro, Consejero o Alto Cargo, durante DOS AÑOS, puse se supone se reincorporarán a su trabajo anterior o actividad privada. Como mucho podría dejarse en SEIS MESES, que es tiempo más que razonable para que uno se busque la vida…
Pero nada de esto se hará. Estamos GOBERNADOR POR FUNCIONARIOS, y sólo legislan en su propio beneficio.
¿Saben ustedes dónde hay algún país donde sea fácil radicarse, que no te oprima a impuestos, y sea una verdadera democracia…? Preferiblemente que esté cerca de España, así podré venir de vacaciones a la ex madre Patria…
Lo que está pasando es de aurora boreal. Los políticos nos exprimen como a limones, pero ellos no recortan ni sus sueldos, ni coches oficiales, ni escoltas, ni dietas, nada de nada…
Y encima pretenderán que les sigamos votando. Lo tienen claro, tanto el PP como el PSOE.
Es posible que los partidos minoritarios también nos acaben engañando, pero al menos vamos a darles la oportunidad de hacerlo…
Creo que el bipartidismo va a pasar a la historia, por lo menos en España.