Paro, pluriempleo y compatibilidades
Las actuales y escandalosas cifras de paro aconsejan tomar medidas drásticas. A grandes males, grandes remedios.
Parece evidente que si el trabajo escasea, como lo hace, habrá que repartirlo, ante la imposibilidad de que una economía en recesión cree empleo neto.
Y dado que las administraciones públicas permiten el pluriempleo (ley de 1984 y real decreto de 1985 que la reglamenta), resulta obvio que habría que suprimirlo, como norma general, para que el empleo, público o privado existente, se pueda repartir entre los millones de demandantes de empleo, democratizando así la economía, al permitir el acceso a unos ingresos estables, aunque sean reducidos, a más colectivos sociales.
Únicamente debiera hacerse una excepción, con aquellos empleados a tiempo parcial, a los que lógicamente debiera permitirse la ocupación de un segundo trabajo, también a tiempo parcial, para completar su jornada laboral. Pero nada más.
De la misma forma que tendría que suprimirse la doble percepción salarial de los ministros que son al mismo tiempo diputados –prácticamente casi todos-, senadores, alcaldes, etc., tal y como acaba de hacer el nuevo gobierno de Italia, por ejemplo.
Pero tranquilos, señores pluriempleados, que nada de esto se hará en España. Rajoy actúa como los avestruces, esconde la cabeza, y que pase lo que Dios quiere. Piensa que los problemas se solucionan solos, olvidando que disfruta de un crédito por cuatro años, de los que ya ha consumido prácticamente un año y medio. Y la situación laboral no solamente no ha mejorado, sino que ha empeorado notablemente.
No es de recibo que haya millares de funcionarios que disfrutan de un segundo empleo en el sector privado, o trabajadores que tienen reconocida la compatibilidad para ocupar un segundo puesto de trabajo…, cuando hay más de seis millones trescientas mil personas sin nada que hacer.
Gobernar no es hacer milagros, pero si adaptar la situación a los hechos. Y los hechos son los que son, pero la normativa pueda modificarse para impedir el pluriempleo y suprimir todas y cada una de las compatibilidades. El que tenga la suerte de tener dos empleos, que elija el que prefiera, pero deje el otro libre. Así, al menos, aunque no se creen nuevos puestos de trabajo, se distribuye el empleo existente entre los millones de parados.
Se que esta medida no solucionaría todos los problemas, y que posiblemente es el chocolate del loro, pero a base de muchas tazas de chocolate del loro tal vez podamos ir paliando la situación.
Italia además de suprimir la doble percepción para los cargos públicos ha anunciado que va a suprimir las provincias, para reducir costes burocráticos y simplificar la administración. Pero claro, Italia es otro país, y allí no tienen la desgracia de tener un presidente del gobierno llamado don Mariano Rajoy Brey.
Son centenares, posiblemente más de un millar, los jueces que dan clases en las universidades, públicas y privadas, mientras los pleitos se pudren, literalmente, en los juzgados. Pero claro, así ellos se sacan un segundo sueldo, y el justiciable, mientras tanto, que se joda…
Es una vergüenza que haya gente con dos empleos, públicos o privados, mientras casi seis millones y medio de trabajadores no tienen nada que hacer. Y esto no se soluciona porque el gobierno no quiere. La mayoría de los jueces, fiscales, políticos, altos cargos, etc., se dedican a la enseñanza o a otras actividades, descuidando su ocupación principal. Lo mismo sucede con los médicos, que muchos de ellos sólo van a la seguridad social de visita, y que encima tienen la cara de ir entregando su tarjeta de la consulta privada a los propios pacientes de la pública (a mí me ha pasado). ¿Y que hace el gobierno? Pues nada. Es un gobierno contemporizador, que quiere quedar bien con todos, y lo único que va a conseguir es quedar mal con todo el mundo…, y perder una buena parte de los votos conseguidos en las últimas elecciones generales.
Don Ramiro Grau Morancho tiene toda la razón. Ya sabemos que es prácticamente imposible crear empleo, salvo empleo público, en cuyo caso no es crear, sin inventar puestos de trabajo inexistentes e ineficaces, pero no costaría mucho adoptar medidas para la distribución del escaso trabajo existente, tal y como promete el autor. Pero claro, eso dañaría a las clases dirigentes, jueces, fiscales, catedráticos, médicos, etc., que son quienes mayoritariamente se benefician de estos pluriempleos, por lo que resulta evidente que Rajoy no hará nada que les moleste. ¡Y es que nuestro presidente es completamente previsible! Nunca se mete con la gente importante; se limita a recortar a quienes menos tienen…
Con una situación tan dramática como la actual, el gobierno debe derogar cuanto antes la Ley de Incompatibilidades, y prohibir totalmente ocupar dos empleos en el sector público, o uno en el público y otro en la privada, o a la inversa… Pero Rajoy, como de costumbre, no hará nada. ¿Cómo se llamaba aquella obra de don Jacinto Benavente? Creo recordar que LOS INTERESES CREADOS. Pues eso…